BAE Juan Carlos I, Isla Livingston. 18 de Enero de 2013.
Ya no hay tiempo para más. Hemos trabajado a un ritmo desenfrenado, y aunque no hemos resuelto el problema de la cadena termométrica del sondeo de 25 metros en la cima del monte Reina Sofía, ya no tenemos tiempo para más pruebas, cambios del programa, más pruebas,... eso nos llevaría, aproximadamente una semana más, y tenemos sólo dos días... Así que decidimos que la cadena se quedará este año tal y como está, y ya veremos si podemos traer, una nueva con un proyecto futuro, o un experto que nos ayude a solventarlo, o... quién sabe.
Así que ya acabadas las tareas en este emplazamiento, empezamos a preparar el material que nos llevaremos al Campamento Byers. Bueno, nos llevaremos todo, pero como allí dejaremos las cajas en la playa, tendremos que colocarlo de tal forma que lo que vayamos a usar allí esté a mano y listo para sacar y subir al campamento y la zona de estudio (la cuenca del Lago Limnopolar). Pasamos el día organizando el material que hemos utilizado, separando la basura que hemos generado (restos de bridas, tuercas oxidadas, restos de siliconas,... ), sacando el material que ya no usaremos, guardando y protegiendo la electrónica... y reorganizando todo en las cajas para que pesen lo menos posible (hay que tener en cuenta que llevamos algunas baterías de respaldo) y que nos dejen a mano lo que seguro usaremos en Byers.
El único descanso nos lo tomamos ayer por la tarde, que aprovechamos la buena mar y "buen tiempo" (poco viento en este caso), para ir a visitar el frente del glaciar Johnsons, que está a unos 300 metros de la base. Estuvimos paseando por el frente del glaciar (con cuidado de no acercarnos demasiado a las zonas de desprendimientos de hielos), y haciendo fotos fantásticas.
Foto_56: Frente del glaciar Johnsons.
Foto_56b: Antonio y Miguel Ángel en las proximidades del Fondeadero Johnsons.
Foto_57: Regresando en zodiac a la base atravesando el brass (trozos de hielo) que a llenado la bahía.
Y hoy hemos continuado y acabado con la tarea de organizar las cajas, que ya están en la playa a la espera de que mañana se embarquen en el BIO Hespérides para llevarnos a Byers. La maleta ya está prácticamente hecha, y nosotros listos para la última (y más dura) fase de la campaña. Este ritmo de trabajo ya está haciendo mella en el cuerpo y estamos bastante cansados, y con dolores acá y allá (de palear, picar nieve, subir herramientas al monte, caminar con raquetas de nieve...), pero no perdemos las ganas de trabajar ni la ilusión con la que nos embarcamos en esta campaña. Hay cosas que no han salido como queríamos o cómo debieran, y el tiempo que nos han dado es demasiado ajustado, pero ya estamos deseando iniciar la etapa final de la aventura en Byers... ¡no os dejaremos de contar los detalles!
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