viernes, 18 de febrero de 2011

El maldito pirata

Ushuaia, Argentina. 17-Febrero-2011

Como todo en esta campaña, a la carrera cerramos nuestra estancia en la base Gabriel de Castilla, embarcando a mediodía del 12 de Febrero en el Bio Las Palmas para regresar ya a continente. La verdad es que aunque el paso por esta bse ha sido también exprés, nos da mucha pena dejar atrás a la dotación de la base que tanto nos ha ayudado a sacar adelante el trabajo. Hasta un pingüino sin miedo se acercó a la playa para darnos el adiós justo a la dotación de la base y los investigadores de otros proyectos que allí se quedaban.

De nuevo, y por última vez, a bordo del BIO Las Palmas (por algo le incorporamos al logo de nuestro proyecto, porque hemos pasado más tiempo a bordo que en las bases antárticas).

Así que con mucha pena ponemos rumbo a los Fuelles de Neptuno para salir de Decepción y regresar, tras un periplo de unos pocos días, hacia suramérica. Tras pasar los fuelles de Neptuno brindamos como manda la tradición con champán. Dicen que si no lo haces no regresas, y aunque nadie cree en estas cosas, ¿quien se va a negar a brindar con el resto de colegas científicos que como nosotros abandona la antárida tras una campaña? ¿porqué no brindar por el final de duras semanas de trabajo soportando frío, viento, ventisca,...? ¡SALUD!

Los Fuelles de Neptuno, punto de salida de la Isla Decepción, nuestro último punto de estudio de esta campaña antártica.

Una vez fuera de Decepción, entre las brumas nos vamos alejando de la isla rumbo a Livigston donde tenemos que recoger a otros científicos, en esta ocasión de la Base Búlgara, a quien España también da soporte logístico. Nos recibe una tarde fantástica, ya fuera de las brumas, con un sol radiante como no hemos tenido en toda la campaña, y un cielo azul intenso... sin duda un gran día para la despedida. Allí permanecemos fondeados cargando material de la base y dándoles combustible para lo poquito que queda de campaña. Ya de madrugada, nos dirigimos a la isla de Rey Jorge, donde tenemos que recoger a investigadores españoles que están en la base brasileña "Ferraz". Un lugar idílico, pero que nos recibe con fuertes vientos, lo que hace que el barco no pueda fondear en todo el día hasta ya entrada la noche. Un día de espera en el barco navegando dentro de la bahía de la Isla Rey Jorge. Como poco queda ya por hacer, los científicos pasamos el día charlando entre nosotros y con la dotación del barco comentando nustras experiencias, viendo películas, o durmiendo para recuperar las horas de sueño perdidas.

 Base Antártica Brasileña "Ferraz", en Ensenada Visca, Isla Rey Jorge; Última parada de nuestro periplo antártico.

Finalmente, al día siguiente, 14 de de Febrero, iniciamos el trayecto final a través del paso del Drake. El mítico paso entre la península Antártica y el extremo sur de Suramérica. Dos días de tránsito que a la vista de cómo estaba el día anterior, se planteaba duro. Dicen que es el peor mar del mundo, y que cruzarlo daba derecho a los marineros a ponerse un aro en la oreja... ya llevamos algunos cruzados, pero ni los marineros del barco, que cruzan un total de 12 veces en cada campaña, se acaban acostumbrando. Y no tardaron mucho las olas en empezar a gitar el barco. Aunque el día era soleado y no hacía tan mala mar como se esperaba, siempre es duro, con olas saltando por encima de la toldilla de popa, golpeando los ojos de buey del barco, y agitando a los que estamos dentro... con el barco descargado de combustible en su panza, se hace más ligero y susceptible a las olas. En el barco hay un par de métodos para medir lo que se inclina el barco con las olas... El método popular y subjetivo de la "lavadora", que consiten en ver si por los ojos de buey (similares a los tambores de la lavadora), asoma mucho agua (lavadora encendida, el mar se pone interesante), o si golpea furiosamente (lavadora centrifugando, el mar está intratable). Entre medias muchos términos intermedios que cada cual interpreta como le dicta el cuerpo, el malestar y el mareo... El método más científico es un clinómetro en el puente de mando que marca los grados de inclinación máxima del barco.... y ahí empiezan los comentarios y charlas de los investigadores... "Pues mí record es de 43 grados en la campaña..." "yo recuerdo cuendo llegados a 47 y nos caíamos de las literas..." Hasta que llegan los marinos y nos dicen... bueno, eso no es nada, el Drake está tranquilo... 

Dos días y medio de enclaustramiento en el buque hacen mella en todos los que vamos a bordo, incluída la tripulación, que lleva ya más de un mes de navegación sin tocar puerto y están cansados. Parece un barco fantasma. Apenas algunos científicos vas saliendo de sus literas para estirar las piernas, enderezar la espalda, comer algo (antes de vomitarlo a los pocos minutos en la mayoría de los casos)... intentar leer, o trabajar en el ordenador, concentrarse viendo una película es bastante dicifil... y a veces conciliar el sueño también es complicado por los vaivenes del barco... Dos días y medio muy poco agradables que recuerdan lo lejos que está la antártida, y lo duro y sacrificado que es trabajar en estas latitudes. Pero también lo duro y sacrificado que es el trabajo de la dotación del barco que nos lleva y nos trae para que saquemos a delante nuestros trabajos de investigación.

De estos días no hay fotos... por los ojos de buey solo se ven olas y más olas (la lavadora en distintos estados), y aunque el cielo es azul, uno acaba por maldecir al pirata Drake.

Pero como reza el dicho popular, no hay mal que mil años dure, y en la mañana del 16 de Febrero por fin avistamos tierra a las 7'30h de la mañana...  ¡¡Suramérica y la Tierra del Fuego a la vista!!. Aunque aún no se distingue, ya olemos tierra y vislumbramos el verde de las montañas. Poco a poco el mar se va calmando a medida que nos adentramos en el Canal del Beagle y en sus aguas tranquilas rodeadas de escarpadas montañas, ya sin nieve al final del verano austral. Patos, gaviotas y otro sinfín de aves se van cruzando en nuestro camino como dándonos la bienvenida al continente. Poco a poco empieza a aumentar la actividad en el interior de barco, con más gente de acá para allá, con casi todos los cientificos ya en pie, comiendo y desayunando después de días de comer poco (o de retener poco en el estómago...). Las charlas se van animando, comentando cómo ha sido el paso para cada uno, lo duro o suave que ha sido... La verdad es que al final el maldito pirata no se ha portado mál, pero nos guardó un poco de movimientos para la última noche.

Al fin tierra a la vista! Suramérica y tierra del Fuego nos recibe con un día soleado.

Ya por la tarde-noche, nos acercamos a Ushuaia, disfrutando de un mar completamente plano como un espejo, un atardecer fantástico del Canal Beagle y el faro del Fin del Mundo, con las montañas nevadas de telón de fondo... un fantástico cierre de campaña y de travesía en el BIO Las Palmas. Ya en puerto, nos despedimos y quedamos para celebrar el final de la campaña en Ushuaia antes de correr al hotel a tomarnos una merecida ducha y dormir en una cama sin pensar en caerse de ella. Atrás queda ya el trabajo de campo, el frío, el viento y las nevadas. Y atrás quedan los amigos y colegas científicos, y dotaciones de las bases y el buque... ya hemos dejado atrás la antártida y el maldito pirata.

 BIO Las Palmas navegando por el Canal Beagle, mostrando orgulloso su caperol azul, simbolo de haber cruzado, un año más, el Circulo Polar Antártico

 
El Faro del Fin del Mundo, en el Canal del Beagle, puerta de entrada a Ushuaia, donde se encuentra el punto final a nuestra navegación y a la aventura antártica.

Duro trabajo en Decepción

Isla Decepción, Antártida. 12-Febrero-2011

Nos queda una última parada antes de volver a Decepción: Punta Hanna. Este pequeño saliente de Isla Livingston es muy importante desde el punto de vista turístico, siendo una parada casi obligada para muchos cruceros, por la gran concentración de fauna. Además de una considerable pinguinera de Adelia, en la costa se encuentran numerosos elefantes y lobos marinos, asi como nidos de petreles y de las ubicuas eskúas en las zonas más elevadas. Todo esto en un espacio muy reducido y con un relieve bastante espectacular. Sin embargo, el equipo ya tuvimos la ocasión de estudiar esta zona en la pasada campaña sin encontrar indicios significativos de permafrost. Por ello, mientras que Miguel Angel permaneció en el barco, Antonio aprovechó la ocasión para conocer la zona. Dado que el día no era especialmente beno, el número de animales tampoco era muy elevado y el equipo de focas no pudo hacer gran cosa; ni tampoco vimos a muchos turistas por alli...

Punta Hanna, en Isla Livingston, un lugar de gran afluencia turística.

En unas pocas horas volvimos a Decepción, un día más tarde de lo previsto. Además nos enteramos que saldríamos también dos dias antes; con lo que solo nos quedaba poco más de un día en la isla. A toda prisa subimos a Crater Lake, nuetro lugar de trabajo, para dejar preparados los sondeos que quedaban por sellar y recoger la cadena de termómetros, que como pudimos comprobar volvió a fallar. Como aún nos quedaban por hacer las "marías" (es decir, el mantenimiento de la base, poner y quitar las mesas...) y nos tomaría todo el día siguiente, pedmos al jefe de base autorización para trabajar esa noche. Esto era necesario, ya que las medidas del CALM site se deben tomar de seguido y se tardan unas 5 horas, con lo que en los pequeños descansos de la "maría" no nos iba a ser posible.

Con resignación iniciamos las 121 medidas de nuestra malla, mientras que a nuestro alrededor anochecía, hasta el momento que se hizo necesario utilizar los frontales para hayar los puntos de medida. Anotando unas temperaturas que iban descendiendo lentamente, continuamos tomando medidas hasta recibir una visita del comandante Lupiani y Alfonso (el responsable de náutica), que nos traían bocadillos y chocolate caliente para que repusieramos fuerzas. Casi a las 3 de la madrugada acabamos la larga tarea y volvimos a la base, donde nos esperaba despierto parte del personal.

Antonio trabajando por la noche en la zona de Crater Lake bajo la luz de los frontales. Aunque fue duro, el clima acompañó y no hizo demasiado frío.

Al día siguiente madrugamos más de lo habitual para poder dejar el desayuno listo antes de que el resto del personal se levantara. A las tareas propias de la comida más importante del día, le siguieron hacer los baños, barrer y fregar zonas comunes, y para cuando quisimos darnos cuenta ya era el momento de ayudar a David, el cocinero de la base, a preparar la comida. Por la tarde sacamos un poco de tiempo para subir el sondeo correspondiente a la cadena termométrica que no funcionó y dar por finalizados los trabajos en la zona. El servicio de la cena no fué nada facil, no solo por el número de gente, sino ya que el servicio tampoco era sencillo. Después de que acabaran todos, pudimos probar a la carrera la deliciosa cena que habia preparado David. Después de tanto ajetreo, el jefe de base se despidió de los que nos íbamos el día siguiente, haciéndonos entrega de algunos recuerdos de nuestro paso por la base. Finalmente, la noche se animó con una pequeña fiesta de despedida con karaoke y luces de discoteca.
Científicos y dotación de la base Gabriel de Castilla durante la despedida de la base
 
A la mañana siguiente, ya realmente cansados, acabamos de cerrar las cajas y el equipaje personal para embarcarnos de nuevo en "Las Palmas" que nos devolverá a Ushuaia en un trayecto que esperemos no sea demasiado agitado.

Seguimos explorando las Shetland

Isla Penguin, Antártida. 9-Febrero-2011

La siguiente parada de este ajetreado viaje es una isla muy turística, que como no podía ser de ora manera, habia sido reclamada por los investigadores de turismo. Si bien la isla es muy impresionante y repleta de pingüineras y praderas de líquenes, no presenta mucho interés para estudiar el permafrost. Por un infortunado accidente, los técnicos de Juan Carlos se llevaron las botas que nos habían prestado para estos días (ya que con las arenas movedizas de Byers, y la sucidad de las pinguineras es más recomendable usar botas de agua que las de montaña). Debido a esto solo bajo uno de los miembros de nuestro equipo, Antonio, gracias a la cesión de unas botas por parte del personal de Las Palmas. Sin embargo, tras recorrer la práctica totalidad de la isla no halló ningún indicio de hielo. Por ello, se prestó a ayudar al grupo que estudia focas, y que en esta isla si que encontraron ejemplares suficientes y adecuados para la toma de muestras.

Una de las extensas praderas de musgos que se encuentran en Barrientos, cubiertas por pequeños neveros en algunos puntos. 

Al día siguiente pasamos por Júbany, una base Argentina permanente. Cerca de la base se encuentra península Potter, una zona protegida que resultaba de interés para el equipo de focas. Nosotros, por nuestra parte, nos limitamos a visitar la base. Allí nos encontramos a un viejo conocido del mundo del permafrost, el Doctor Adrian Silva. Esta base es bastante grande y funciona en colaboracion con otros equipos internacionales, que tambien proporcionan laboratorios y equipos. Ahora el personal se estaba preparando para la invernada, recibiendo y almacenando vivieres, y así dejarlo todo listo para los largos meses que les esperan.

El módulo de vida principal de la base argentina permanente de Jubany.

Después de este día de turismo, madrugamos para visitar Pinguin. Se trata de una pequeña isla muy interesante, ya que toda ella es un cono volcánico. Encontramos permafrost a por casi toda la isla e incluso sobre la caldera. Para llegar sorteamos lobos y elefantes marinos que se amontonaban el costa, a los que era casi imposible no aproximarse y llevarse un rujido y una breve persecución.

El cono volcánico de Penguin visto desde la pequeña cala donde desembarcamos. Multitud de lobos marinos se interponen entre nosotros y el interior de la isla.

Byers exprés

Península Byers, isla Livingston. 6-Febrero-2011

Iniciamos hoy una nueva fase de esta campaña antártica, en la que recorreremos diversos emplazamientos de las Shetland del Sur en busca de permafrost. El primer punto a tocar es península Byers de la isla Livingston, un lugar altamente protegido de la Antártida en la que tenemos instalado un CALM, una estación de monitorización TSP y una cámara fotográfica. Este emplazamiento lo instalamos en la campaña 2008-2009, gracias al apoyo del proyecto LIMNOPOLAR.
La verdad es que normalmente esta fase de la cmapaña se realiza en varios días, aprovechando las instalaciones de un campamento temporal instalado por el proyecto LIMNOPOLAR consistente en dos pequeños iglús de fibra de vidrio (habitabilidd y un laboratorio) y durmiendo en tiendas de campaña. La verdad es que es duro, pero es la fase más aventurera de la campaña. Sin embargo, a final de la campaña pasado se desmanteló el campamento dejando únicamente los dos Iglús como refugio antártico internacional gestionado por España. Y Este año, por lo comprimido de la campaña no da tiempo a abrir el campamento para realizar los trabajos en Byers con la calma necesaria. Por el contrario, haremos una incursión express en península Byers para reponer nuestros sensores (deseando que no se haya roto nada, pues no da tiempo a reemplazarlo), medir el espesor de la capa activa y realizar el mantenimiento de la cámara de fotos. Con nosotros bajan dos equipos de investigadores de otros proyectos también interesados en la penñinsula Byers, y un grupo de técnicos de montaña y especialistas de la UTM que van a revisar el ahora Refugio Antártico Internacional. Algunos de los especialistas estaban destinados a darnos apoyo logístico ayudándonos con la toma de datos y el transporte de material en el caso de que fuera necesario cambiar la batería de la cámara.

A las seis de la mañana ya estábamos todos listos en la toldilla del BIO Las Palmas listos para embarcar con todo el material de nuestro trabajo. Originalmente nos acercaríamos a playa en dos embarcaciones (es que este emplazamiento tiene un acceso muy complicado, con arrecifes y bajíos), pero un fallo en el motor de una de las embarcaciones requirió de dos viajes (bastante largos, pues el buque estaba fondeado relativamente lejos). Una vez en playa con todo el material, recorrimos el trecho que hay hasta el lago Limnopolar donde tenemos nuestra estación de medida y, con la ayuda de Hilo y Arkaitz, cambiamos nuestros sensores y tomamos las medidas de la capa activa. También volcamos las fotografías de todo un año, y reenfocamos la cámara. Por suerte todos los mástiles y vientos estaban en perfectas condiciones para aguantar un inviernos antártico más y no fue necesario realizar labores de mantenimiento. Una suerte de verdad, dado que en Decepción se habían roto variso mástiles por el viento, y algunos sondéos estaban congelados. En unas siete horas estábamos en la playa esperando a ser recogidos de nuevo por el buque. Sin duda la Ayuda de estos dos técnicos de montaña fue importante para poder hacer el trabajo tan rápido. Además ellos fueron también los que apoyaron a Miguel Ángel cuando realizó la instalación de esta estación de medida, y quienes ayudaros en las tareas de realizar los dos sondeos, un trabajo que fue duro, pero que está dando sus resultados.

En fín, este año ha sido un trabajo exprés y a la carrera que no nos dejó un minuto ni para tomar fotos del lugar, de los círculos de piedra, de los suelos ordenados, y de los fantásticos paisajes de Byers... pero nos vamos satisfechos de un trabajo bien hecho y sin problemas.

Vista de península Byers desde la playa, frente al Refugio Antártico Internacional, donde se realizó el desembarco e inicio del camino hacio el Lago Limnopolar.

Así que una vez de vuelta al barco, seguimos nuestro estudio por otros emplazamientos de las Shetland: Isla Barrientos, Península Potter, Isla Penguin, y Punta Hanna. Pero eso es otra historia que contaremos los próximos días.

Llegamos a Decepción

Isla Decepción, Antártida. 5-Febrero-2011

Después de una larga travesía llegamos a otro de los puntos fuertes de nuestra campaña: Isla Decepción. Aquí tenemos instaladas varias experiencias que se concentran en la cercanía de la Base Antártica Española Gabriel de Castilla (gestionada por el ejército), hacia el interior de la isla. Isla Decepción llama la atención en el mapa por su forma, similar a un rosco mordido. El origen de esta morfología radica en que se trata de un gran volcán cuya caldera ha colapsado y actualmente forma una bahía. La zona sigue volcánicamente activa. Esto implica que antes de abrir la base cada año, unos sismólogos se encargan de establecer si la situación es segura. Esto no es para nada una medida exagerada ya que por los años 70, cuando aún no había sido construida la base española, una erupción acabó con la base chilena que hay al otro lado del mar interior de la isla. Y lo mismo ocurrió en otra ocasión con la base inglesa, así que la amenaza está ahí y ninguna precaución es poca.

Base Antártica Española Gabriel de Castilla, en Isla Decepción.

Estos días han sido una carrera de duro trabajo, ya que necesitábamos acabar los trabajos a tiempo porque el periodo que nos han asignado a esta base es de apenas seis días, con una corta travesía entre medias. Así que hay que hacer mucho trabajo en muy poco tiempo. Hoy partimos hacia Byers, una fase fundamental en nuestra campaña. Para salir era necesario que acabáramos a tiempo, ya que sino uno de nosotros tendría que permanecer en Decepción. Para colmo de males, disponemos de poco tiempo en Byers, con lo que una sola persona lo tendría difícil.

Y como nada es imposible, con un trabajo intensivo hemos conseguido ir sacando el trabajo adelante. Además, gracias a la ayuda de Iñaki (un técnico de la UTM) y de la persistencia de Miguel Ángel, se han podido salvar dos sondeos que se habían inundado y congelado en años anteriores y que casi dábamos por perdidos. Por lo demás, la cadena termométrica gemela de la que etuvimos intentando poner en marcha en el glaciar (en las proximidades del monte Sofía) ha dado los mismos problemas, con lo que tememos que tampoco quede instalada este año (ya se intentó en la campaña pasada sin éxito). El apoyo de la dotación de la Base Gabriel de Castilla también ha sido fundamental, con su apoyo, prestándonos material y su ayuda a subir material hasta la zona de trabajo.


Iñaki usando una sonda de vapor para liberar el sondeo congelado. Al final consiguió salvar esta perforación, donde podremos seguir tomando medidas en años sucesivos.

Gracias a una idea de Miguel Ángel y a la ayuda de Eva, la cocinera de la base, se pudo salvar otro pequeño sondeo que quedó congelado a lo largo del invierno antártico. Aquí se ve el termo de agua hirviendo y la pica que sirvieron para este propósito.

Así que en estos pocos días hemos conseguido recuperar todos los sensores que el año pasado instaló nuestro colega de la UAH William Cabos, reponer los mástiles de nivómetros que se habían roto, y tensar todos los vientos de los mástiles que han aguantado. Ahora ya sólo nos queda recuperar la cadena termométrica que tenemos instalada en pruebas, y medir el espesor de la capa activa. Esperemos que podamos hacerlo a la vuelta de este corto periodo de navegación que hoy empezamos. En cualquier caso, es un trabajo bien hecho en un tiempo record (como bien refleja el cansancio que estamos acumulando).

Vista del CALM site y las experiencias TSP que tenemos instaladas en Crater Lake, en Isla Decepción. En tiempo record conseguimos dejarlas listas para que tomen datos durante otro año más.

Mañana llegamos a la península Byers, en la isla Livington, un lugar de lo más interesante donde también tenemos mucho trabajo que hacer. Pero esa es otra historia que contaremos en la próxima entrada.

sábado, 5 de febrero de 2011

Nueva isla y nueva base

Base González Videla, Antártida. 31-Enero-2011

El día 29 volvimos a Isla de Avian, para perfeccionar la cartografía que desarrollamos y que el grupo que estudia focas pudiera tomar algunas muestras más. Como necesitaban personal, pudimos ayudarles con un elefante marino (una elefanta para ser exactos).

Continuamos nuestra travesía visitando una última isla: Biscoe Point. Esta isla es de una dimensión similar a Avian, pero con mucha menos presencia animal (exceptuando las ubicuas eskúas). Sin embargo, podimos comprobar algunos rasgos evidentes de glaciarismo, como arranques y estrías, rocas aborregadas o valles glaciares; con lo que procedimos a realizar otra cartografía con nuestros hallazgos.


Panorámica de Biscoe Point, una zona interesante desde el punto de vista de la morfología glaciar; aunque no encontramos permafrost en ella

Con algo de prisa volvimos a tomar el barco para llegar a Bahía Paraiso, uno de los entornos más impresinantes de la Península Antártica. Pero el tiempo no nos acompañó, y tuvimos que contemplar el aún así muy impresionante paisaje entre las nubes y una copiosa nevada. El encanto de esta zona radica en que tiene una ubicación estratégica de forma que el oleaje es muy poco pronunciado y el agua refleja como un espejo, junto con una presencia cuntínua de grandes icebergs en sus aguas. Un día soleado, ofrece una panorámica bastante impresionante. En esta bahía se localiza la base chilena González Videla, un emplazamiento singular al encontrarse literalente dentro de una pingüinera. En ella, además se encuentran algunos pinguinos albinos, todo un atractivo turístico. La base conserva la apariencia tradicional, pintada de negro emulando el color que conferían la brea que se utilizaba primigeneamente. Además, sus ocupantes son conocidos por su hospitalidad (especialmente con los investigadores y los miembros del BIO Las Palmas), lo que la convierte en una parada obligada. Despues de compartir algunos tragos, y unas risas con ellos, recogimos a tres de sus científicos para continuar nuestro viaje.


La base chilena Gonzalez Videla, que se encuentra totalmente rodeada por una gran pingüinera

Esta última parada ha representado el final de nuestra travesía hacia el Sur, de la que nos llevamos muchos buenos momentos (otros no tanto, sobretodo los mareos del barco) y hemos descubierto algunas cosas interesantes para nuestro proyecto. Mañana llegaremos a Isla Decepción para continuar el trabajo.


Cubriendo diferentes objetivos

Base de Rothera, Antártida. 28-Enero-2011



Hoy nos tocó levantarnos de madrugada (en torno a las 4 am), para saber si nos sería posible unirnos a una expedición a la isla Pourquoi Pa, que se realiza en base a un proyecto que estudia el agua de los lagos. Trás el madrugón, nos informan que solo puede viajar uno de nosotros. Miguel Ángel es el afortunado, que viajará en un trayecto de algo más de una hora en una embarcación semirrígida para reconocer el terreno de esta isla, aún desconocida para nuestro proyecto.

Mientras, el BIO Las Palmas viajó a la base inglesa de Rothera, donde desenbarcaró Antonio. Esta base es realmente grande (para ser una base antártica) y su aspecto, a diferencia de otras como la Base Primavera, es más industrial. Un aeropuesrto, muelles para grandes barcos, edificios de varias plantas, hangares, antenas y mástiles por doquier... Sin embargo las instalaciones cientificas son también bastante impresionantes. Durante una visita guiada por parte de algunos cientificos, Antonio pudo comprobar que cuentan con unos laboratorios y equipos muy buenos, dignos de la buena fama con la que cuanta la British Antartic Survey.


Vista de la base de Rothera. A la derecha se encentra la pista de aterrizaje de su aerpuerto

Por otro lado, la isla de Porquoi Pa resultó ser uno de los lugares donde Miguel Angel encontró las mejores muestras de periglaciarismo: círculos de piedra, terrenos poligonales, suelos alineados, lóbulos... Todo un desafío de terreno que podría indicar la presencia de permafrost bajo el mismo. Puede que esta isla sea un buen candidato para nuestras futuras experiencias.


Equipo que realizó la expedición a la isla de "Pourquoi Pa". A la derecha Miguel Ángel.

Buscando permafrost entre la fauna

Isla Avian, Antártida. 27-Enero-2011

Ayer llegamos al punto mas austral en que desembarcaremos en este trayecto: Isla Avian. Se trata de un pequeño islote de apoximadamente 1 Km por 1 km, entre Isla Adelaida y Bahía Margarita. Esta isla tambien esta considerada como un Área de Especial Protección Antártica (Antartic Special Protection Areas, ASPA) por la gran diversidad y cantidad de animales que tienen su área de cría en ella. Destacan los pinguinos Adelia, petreles, eskúas, lobos de mar y elefantes marinos. Las pinguineras y nidos se amontonan en esta pequeña isla hasta dejarla abarrotada de fauna.


Perspectiva de la pequeña isla de Avian, repleta de pingüinos y otras aves, como petreles y eskúas

Nuestro interes reside en que es una isla prácticamente libre de glaciares, lo que la convierte en una buena candidata para estudiar la presencia de permafrost. Tras pasar la tarde de ayer haciendo catas de profundidad en un transecto de que cubre el ancho de la isla, sobre una playa levantada, aprovechamos el día de hoy para recorrer la isla y hacer una pequeña cartografía geomorfólogica. Además de nuestro grupo, bajaron a la isla un grupo de cientificos que se encargan de estudiar focas, junto con un grupo de voluntarios miembros de la dotación del barco, y un inglés (proveniente de la cercana base de Rothera). Este último se unió a nosotros con la intención de evaluar y anotar cambios en el ASPA, de cuya gestion se responsabilizan los ingleses. Como curiosidad, España controla la gestión de el ASPA de Decepción y del de la Península de Byers (Isla Livingston), sitios donde nuestro proyecto cuenta con varias experiencias.

En nuestro reconocimiento general de la isla, pudimos encontrarnos con algunos restos de actividad humana en la isla. Allí se encuentran dos refugios; uno argentino bastante mal conservado y otro chileno que permanecía sellado, suponemos que en buenas condiciones para cuando sea necesario su uso. Además, en el suroeste de la isla, se encuentra un relieve importante plagado de nidos de petreles, incluso encima de pequeños neveros. En lo alto de este cerro se sitúan dos balizas de señalización, suponemos que una de ellas en funcionamiento y otra obsoleta. Por la tarde, comenzó una intensa nevada que cubrió casi por completo el terreno en muy poco tiempo, y que impidió que pudieramos seguir con nuestro reconocimiento, así que nos unimos con el resto de personal en el refugio argentino para tomar algo y esperar a que escampara. Los investigadores de focas tampoco podían realizar su trabajo bajo la nieve, puesto que los lobos y elefantes marinos se marchan al mar cuando el tiempo no les es propicio. Tras el descanso, volvimos al barco para entrar en calor y pasar al ordenador todos los datos recopilados.


Refugio argentino en Isla Avian

Comenzamos la travesía al sur

(66º 01' N; 65º 58' O), Antártida. 25-Enero-2011

Anteayer volvimos a embarcar en el BIO Las Palmas, para comenzar la travesía al Sur. Al llevar dos días de retraso por problemas en el puerto de Punta Arenas, ésta se restringira de los 10 días inicialmente planeados a 8. Los cambios de calendario son algo habitual en una campaña antártica...

Ayer a mediodía alcanzamos nuestro primer destino: Caleta Cierva. Esta zona tiene un interés especial, no solo porque se encuentra en el continente (la mayor parte de nuestra campaña se realiza en islas), sino porque se trata de un área protegida. En el Protocolo de Madrid, se estipuló crear dos tipos de áreas protegidas en la Antártida: las Áreas de Especial Protección Antártica (Antartic Special Protection Areas, ASPA) y las Áreas de Espacial Gestíon Antárticas (Antartic Special Management Areas, ASMA). En la travesía al Sur pararemos por varias de estas áreas; siendo la primera el ASPA de Caleta Cierva. Para acceder, y sobretodo para realizar otras actividades como la toma de muestras o la implantación de experiencias en estas zonas, es necesario solicitar permiso al Comité Polar.

Tras un desembarco algo tortuoso debido a la marea y algún fallo en el motor de la zodiac, llegamos a la Base Primavera (Argentina). Nuestro objetivo, sin embargo, se encuentra en un collado cercano al que ascendimos con cierta prisa, ya que el barco debía marchar cuanto antes. Con el contínuo ataque de las eskúas (un ave bastante territorial que abunda por estas tierras) y encontrarnos con gran cantidad de pingüinos y diversos líquenes por el camino (los que tratamos de evitar en la medida de lo posible), llegamos a nuestro objetivo. Sin apenas tiempo de admirar la magnifica perspectiva que se divisaba bajamos a la base, donde los argentinos nos convidaron a comer con ellos.


Caleta Cierva vista desde nuestra zona de estudio

De vuelta al barco, desde el Puente de Mando, pasamos unas cuantas horas disfrutando del buen día que estaba haciendo (el verano antártico tambien los tiene). Varias horas pasamos admirando icebergs y glaciares, a lo largo del Estrecho de Gerlache. Conforme atardecía y los tonos rojos invadían el cielo, llegamos al Canal de Neumeyer, un estrecho paso entre islas. Las luces bajas delimitan los contornos de las roca y el relive glaciar de una forma espectacular. Con las extermidades comenzando a entumecerse por el frío, volvimos a acostarnos a la medianoche; habiendo aún una gran claridad (y una bonita luna). Hoy nos espera todo un día de navegacion en el sobrepasaremos el Circulo Polar Antártico.


Atardecer en el Estrecho de Berlache, a punto de entrar en el Canal de Neumeyer