sábado, 31 de diciembre de 2011

Preparándonos para la campaña

Ushuaia, 30 de Diciembre de 2012

Hoy dejamos de lado nuestros ordenadores para aprovechar para hacer la última caminata de preparación para los intensos días de trabajo de campo que nos esperan en la Antártida. Así que empleamos la mañana para hacer una pequeña excursión al Cerro del Medio.

Al fondo entre la niebla nuestro objetivo: El cerro del Medio

Se trata de la cima de una de las montañas que rodean Ushuaia, flanqueada por antiguos valles glaciares. Está muy cerca de la ciudad, tanto que pudimos ir directamente a pie desde nuestro hotel. La ciudad deja paso a un bosque fueguino: plagado de pangas, líquenes, aves, forraje y flores exóticas... un paisaje espectacular y muy variado.

Al comienzo de la caminata, cerca de un pequeño arroyo de deshielo

Mientras recorrimos senderos y puentes que cruzan los arroyos de deshielo, empezó a llover... así que los barrizales y turberas nos dificultaron un poco el paso, hasta que abruptamente el bosque acabó para iniciar el ascenso por la falda del cerro en un paisaje prácticamente yermo. Los canchales, morrenas y neveros se suceden en un paisaje glaciar, donde el peligro se torna en los materiales sueltos, que son tan traicioneros. En el camino nos encontramos a un grupo de turistas holandeses, cuyo guía participó en la expedición del montañero español  Jesús Calleja hace ya unos años a las mismas islas en las que estaremos nosotros en unos días. Al fin alcanzamos el circo del glaciar con su pequeño lago, y más tarde coronamos el cerro, pudiendo contemplar unas vistas estupendas de toda la ciudad y el canal del Beagle, pero sólo unos instantes.

Admirando las espectaculares vistas de la ciudad desde el camino hacia la cima

Aunque la niebla que amenazaba en todo el camino, nos trago casi por completo dejandonos algo calados, y privandonos de las estupendas vistas. La vuelta fue mucho más rápida, ya que la lluvia arreciaba y nos dimos un poco más de prisa.

Engullidos por la niebla en lo alto del cerro del Medio

En fín, una pequeña excursión para calentar los músculos para la campaña, pero sobre todo para soportar la inactividad que nos espera en los próximos días con el tránsito Ushuaia-Antártida a través del Paso del Drake, el que dicen el peor mar de la Tierra. Con nuestra experiencia previa (que no es de las peores por lo que cuentan los marineros), nos lo creemos.

San Martín arriba… San Martín abajo….

Ushuaia, 29 de Diciembre de 2011

Tras el merecido descanso para reponer fuerzas y ajustarnos al nuevo horario (desfase horario de 4 horas con España), hoy ha sido un día dedicado a hacer de todo un poco, especialmente trabajar en algunos artículos y resúmenes de congresos que teníamos por terminar. En casi todos los locales tienen wifi, así que hemos aprovechado esta oportunidad para degustar algunas cervezas y comidas locales mientras le dábamos a las techas de nuestros ordenadores… y es que una cosa no quita la otra. Al final de la tarde, ya cansados, nos hemos dedicado a algo que es un clásico en Ushuaia (y no solo por parte de los turistas), que es pasear por LA CALLE… la Avenida de San Martín. Es la vía principal de Ushuaia, y donde se concentran una gran cantidad de tiendas, librerías y la inmensa mayoría de los más importantes restaurantes y bares de la ciudad. Así que ir paseando calle arriba y calle abajo, charlando, viendo escaparates y observando a locales y foráneos, es algo así como el deporte estrella del lugar. Y en las fechas en las que nosotros estamos por aquí esperando nuestra salida hacia la Antártida, si hay un lugar donde encontrarse con otros compañeros de la campaña (científicos, dotación de las bases o marinos del buque Las Palmas), es la Avenida San Martín. Así que aunque la calle es prácticamente horizontal… siempre acaba uno practicando el deporte local pasando el rato… San Martín arriba… San Martín abajo…

La avenida de San Martín, centro neurálgico de Ushuaia

Y venga San Martín arriba... y de nuevo San Martín abajo… y es que siempre se descubre algo nuevo, turistas haciendo fotos a los rincones más insospechados, chavales de la ciudad jugando a las cartas en un soportal resguardándose del viento y/o la lluvia, dos tipos disfrazados de castor y pingüino que promocionan no-se-que (la ciudad o la Tierra del Fuego, creo), músicos en algún portal ganándose unos pesos extras… Pero esto del ir calle arriba y calle abajo no es sólo un deporte de viandantes. Parece ser que, al igual que en Islandia, como ya comprobara Miguel Ángel hace algunos años, en estas pequeñas ciudades más o menos aisladas y con climas generalmente fríos (como Reykjavik en Islandia), es también deporte el dedicarse a circular en coche por la calle en algo que los islandeses denominan Run-Tour. Esta actividad consiste en, como decía, circular por la calle, pero muy despacio, con las ventanillas generalmente bajadas y con la música bien alta… pero siempre muy despacio, para dejarse ver, y para ver a los viandantes…. Y no es que se quiera llegar a ningún lado, sino que una vez llegada al final de la calle, uno regresa rápidamente al principio y a repetir trayecto… Sin duda un fenómeno cuanto menos curiosos que es digno de estudio… Así que uno acaba sintiéndose atraído por este deambular por la Avenida San Martín… ya sea por una acera, o por la otra… el caso es ir San Martín arriba… San Martín abajo…

Iniciamos la aventura

Ushuaia, 28 de Diciembre de 2011

Martes 27 de Diciembre de 2011. 00:40. Aeropuerto de Barajas. Tras pasar Nochebuena y Navidad con nuestras familias (este año si) los integrantes de esta campaña (Antonio Molina y Miguel Ángel de Pablo) embarcamos en nuestro primer vuelo, de los muchos que nos llevarán a nuestro destino final: Ushuaia, donde nos espera el buque BIO Las Palmas preparado y renovado para hacer frente trabajo de este año. Pero el viaje no es tan sencillo como parece. Tenemos un recorrido, cuanto menos curioso, con escalas en Lima (Perú) y Buenos Aires (argentina), donde, además deberemos cambiar de aeropuerto. En total, tenemos más de 20 horas de vuelo y 14 de esperas en tránsito en distintos aeropuertos… vamos, un viaje lo que se dice ajetreadito (¿verdad Miguel Ángel? jejeje) y con dos cambios de horarios…. Y eso solo para llegar al puerto de Ushuaia… el día que inventen el teletransporte….

Sobrevolando Perú rumbo a Buenos Aires

Tras este viaje… llegamos reventados a nuestro hotel donde pudimos disfrutar de una merecida ducha y un poco de descanso. Pero estos días previos a nuestro embarque en Las Palmas no son de vacaciones… parte de este tiempo lo tenemos que dedicar a ponernos un poco a punto para el trabajo de campo, así que tenemos planeadas distintas caminatas y escaladas por las montañas que rodean Ushuaia. También tenemos que trabajar con nuestros ordenadores para iniciar los trabajos que queremos publicar con los resultados de estas dos campañas del proyecto PERMAPLANET. Una de las tareas que tenemos que hacer aquí es planificar el desarrollo de la campaña de acuerdo a las últimas novedades sobre el estado de la instrumentación que nos han comentado los colegas que ya se encuentran en las islas (parece ser que no se han roto los mástiles, así que al menos esa parte del mantenimiento será más sencilla…). Ya veremos lo que nos ofrece la campaña. Os lo iremos contando…

¿Sólo ha pasado un año?

Alcalá de Henares, 26 de Diciembre de 2011

Dejamos el relato de la campaña 2010-2011 en nuestro regreso a tierras de América del Sur, tras una complicada campaña. Tras llegar al puerto de Ushuaia, iniciamos unos días de recopilación y análisis preliminar de datos, redacción de informes… y si, también de un poco de descanso.  Luego iniciamos nuestro camino de regreso a España, un poco azaroso, dejémoslo ahí, (¿verdad Antonio? jejeje). Pero nuestras aventuras en el viaje de regreso fueron sólo una anécdota comparado con los problemas del BIO Las Palmas al final de su campaña. Diversos fallos mecánicos en la última fase retrasaron el regreso del buque, su personal y el material hasta mediados de Julio… esto ha tenido su repercusión en nuestro proyecto, que no recibió el material finales de ese mes, así que no hemos podido reparar las cadenas que tantos problemas nos dieron durante la campaña. No hay más remedio que dejar esa tarea como un objetivo prioritario para los siguientes proyectos… porque PERMAPLANET inicia su recta final con esta segunda campaña que empezamos mañana…

Pero la preparación de la campaña se inició allá por junio con las reuniones de coordinación de campaña, y otra más en octubre con la reunión de preparación. Este año además participamos, allá por septiembre, en el Curso de Seguridad y navegación en aguas antárticas, que realizamos gracias a nuestros compañeros de la universidad de Cádiz. Gracias a ese curso Antonio y Miguel Ángel conseguimos el “titulín” que nos permite manejar las embarcaciones ligeras que se usan en la Antártida. No quiere decir que las vayamos a manejar, pero en caso de emergencia…


 Prácticas de navegación y seguridad en agua Antártica celebrado en Cádiz

Pocos días después, preparamos el material para la campaña 2011-2012 (última del proyecto PERMPLANET): sensores, herramientas, instrumentación de repuesto,… vamos, todo lo necesario para asegurar el éxito de nuestros experimentos y toma de datos en las Shetland del Sur.  No llevamos tanto material como otros años porque no tenemos previsto crear nuevos sitios de medida, sino simplemente mantener los experimentos que ya tenemos allí instalados.

Cajas de material de la campaña del proyecto PERMAPLANET listas para su envío a Cartagena

Así que desde que dejamos nuestro relato ha pasado un largo año de ajetreado trabajo. Parte de este trabajo ha consistido también en el análisis de los datos para la presentación en dos congresos nacionales e internacionales: El III Congreso Ibérico del Permafrost, que se celebró en Junio en la localidad rural de Piornedo de Cervantes (Galicia); y el IV Simposio de Estudios Polares, que se celebró en Septiembre en Palma de Mallorca.


Científicos del II Congreso Ibérico del IPA en Piornedo en una salida de campo

Y una última actividad, tal vez un poco más exótica de lo habitual, ha sido la asistencia, de parte de este equipo de investigación (Miguel Ramos y Miguel Ángel de Pablo), en el lanzamiento, desde Cabo Cañaveral (Florida, Estados Unidos), de la misión de NASA Mars Science Laboratory, el pasado 26 de Noviembre. Y es que la experiencia de este equipo en el estudio de suelos congelados en la Antártida hizo que pudiéramos participar en la misión como miembros del equipo científico del intrumento REMS (una completa estación meteorológica a bordo del robot Curiosity). De hecho, el prototipo de uno de los sensores fue probado por nuestro equipo en las Islas Livingston y Decepción en las campañas antárticas 2007-2008 y 2008-2009.


 ¡Misión MSL rumbo a Marte!

Así que tras un largo año de duro trabajo, ya estamos dispuestos para partir rumbo a la Antártida dentro de la Campaña Antártica Española 2011-2012. Esperemos que el viaje que iniciamos mañana sea interesante, productivo y sin contratiempos. Y hasta que lleguemos allí... deseadnos suerte con el Drake!

viernes, 18 de febrero de 2011

El maldito pirata

Ushuaia, Argentina. 17-Febrero-2011

Como todo en esta campaña, a la carrera cerramos nuestra estancia en la base Gabriel de Castilla, embarcando a mediodía del 12 de Febrero en el Bio Las Palmas para regresar ya a continente. La verdad es que aunque el paso por esta bse ha sido también exprés, nos da mucha pena dejar atrás a la dotación de la base que tanto nos ha ayudado a sacar adelante el trabajo. Hasta un pingüino sin miedo se acercó a la playa para darnos el adiós justo a la dotación de la base y los investigadores de otros proyectos que allí se quedaban.

De nuevo, y por última vez, a bordo del BIO Las Palmas (por algo le incorporamos al logo de nuestro proyecto, porque hemos pasado más tiempo a bordo que en las bases antárticas).

Así que con mucha pena ponemos rumbo a los Fuelles de Neptuno para salir de Decepción y regresar, tras un periplo de unos pocos días, hacia suramérica. Tras pasar los fuelles de Neptuno brindamos como manda la tradición con champán. Dicen que si no lo haces no regresas, y aunque nadie cree en estas cosas, ¿quien se va a negar a brindar con el resto de colegas científicos que como nosotros abandona la antárida tras una campaña? ¿porqué no brindar por el final de duras semanas de trabajo soportando frío, viento, ventisca,...? ¡SALUD!

Los Fuelles de Neptuno, punto de salida de la Isla Decepción, nuestro último punto de estudio de esta campaña antártica.

Una vez fuera de Decepción, entre las brumas nos vamos alejando de la isla rumbo a Livigston donde tenemos que recoger a otros científicos, en esta ocasión de la Base Búlgara, a quien España también da soporte logístico. Nos recibe una tarde fantástica, ya fuera de las brumas, con un sol radiante como no hemos tenido en toda la campaña, y un cielo azul intenso... sin duda un gran día para la despedida. Allí permanecemos fondeados cargando material de la base y dándoles combustible para lo poquito que queda de campaña. Ya de madrugada, nos dirigimos a la isla de Rey Jorge, donde tenemos que recoger a investigadores españoles que están en la base brasileña "Ferraz". Un lugar idílico, pero que nos recibe con fuertes vientos, lo que hace que el barco no pueda fondear en todo el día hasta ya entrada la noche. Un día de espera en el barco navegando dentro de la bahía de la Isla Rey Jorge. Como poco queda ya por hacer, los científicos pasamos el día charlando entre nosotros y con la dotación del barco comentando nustras experiencias, viendo películas, o durmiendo para recuperar las horas de sueño perdidas.

 Base Antártica Brasileña "Ferraz", en Ensenada Visca, Isla Rey Jorge; Última parada de nuestro periplo antártico.

Finalmente, al día siguiente, 14 de de Febrero, iniciamos el trayecto final a través del paso del Drake. El mítico paso entre la península Antártica y el extremo sur de Suramérica. Dos días de tránsito que a la vista de cómo estaba el día anterior, se planteaba duro. Dicen que es el peor mar del mundo, y que cruzarlo daba derecho a los marineros a ponerse un aro en la oreja... ya llevamos algunos cruzados, pero ni los marineros del barco, que cruzan un total de 12 veces en cada campaña, se acaban acostumbrando. Y no tardaron mucho las olas en empezar a gitar el barco. Aunque el día era soleado y no hacía tan mala mar como se esperaba, siempre es duro, con olas saltando por encima de la toldilla de popa, golpeando los ojos de buey del barco, y agitando a los que estamos dentro... con el barco descargado de combustible en su panza, se hace más ligero y susceptible a las olas. En el barco hay un par de métodos para medir lo que se inclina el barco con las olas... El método popular y subjetivo de la "lavadora", que consiten en ver si por los ojos de buey (similares a los tambores de la lavadora), asoma mucho agua (lavadora encendida, el mar se pone interesante), o si golpea furiosamente (lavadora centrifugando, el mar está intratable). Entre medias muchos términos intermedios que cada cual interpreta como le dicta el cuerpo, el malestar y el mareo... El método más científico es un clinómetro en el puente de mando que marca los grados de inclinación máxima del barco.... y ahí empiezan los comentarios y charlas de los investigadores... "Pues mí record es de 43 grados en la campaña..." "yo recuerdo cuendo llegados a 47 y nos caíamos de las literas..." Hasta que llegan los marinos y nos dicen... bueno, eso no es nada, el Drake está tranquilo... 

Dos días y medio de enclaustramiento en el buque hacen mella en todos los que vamos a bordo, incluída la tripulación, que lleva ya más de un mes de navegación sin tocar puerto y están cansados. Parece un barco fantasma. Apenas algunos científicos vas saliendo de sus literas para estirar las piernas, enderezar la espalda, comer algo (antes de vomitarlo a los pocos minutos en la mayoría de los casos)... intentar leer, o trabajar en el ordenador, concentrarse viendo una película es bastante dicifil... y a veces conciliar el sueño también es complicado por los vaivenes del barco... Dos días y medio muy poco agradables que recuerdan lo lejos que está la antártida, y lo duro y sacrificado que es trabajar en estas latitudes. Pero también lo duro y sacrificado que es el trabajo de la dotación del barco que nos lleva y nos trae para que saquemos a delante nuestros trabajos de investigación.

De estos días no hay fotos... por los ojos de buey solo se ven olas y más olas (la lavadora en distintos estados), y aunque el cielo es azul, uno acaba por maldecir al pirata Drake.

Pero como reza el dicho popular, no hay mal que mil años dure, y en la mañana del 16 de Febrero por fin avistamos tierra a las 7'30h de la mañana...  ¡¡Suramérica y la Tierra del Fuego a la vista!!. Aunque aún no se distingue, ya olemos tierra y vislumbramos el verde de las montañas. Poco a poco el mar se va calmando a medida que nos adentramos en el Canal del Beagle y en sus aguas tranquilas rodeadas de escarpadas montañas, ya sin nieve al final del verano austral. Patos, gaviotas y otro sinfín de aves se van cruzando en nuestro camino como dándonos la bienvenida al continente. Poco a poco empieza a aumentar la actividad en el interior de barco, con más gente de acá para allá, con casi todos los cientificos ya en pie, comiendo y desayunando después de días de comer poco (o de retener poco en el estómago...). Las charlas se van animando, comentando cómo ha sido el paso para cada uno, lo duro o suave que ha sido... La verdad es que al final el maldito pirata no se ha portado mál, pero nos guardó un poco de movimientos para la última noche.

Al fin tierra a la vista! Suramérica y tierra del Fuego nos recibe con un día soleado.

Ya por la tarde-noche, nos acercamos a Ushuaia, disfrutando de un mar completamente plano como un espejo, un atardecer fantástico del Canal Beagle y el faro del Fin del Mundo, con las montañas nevadas de telón de fondo... un fantástico cierre de campaña y de travesía en el BIO Las Palmas. Ya en puerto, nos despedimos y quedamos para celebrar el final de la campaña en Ushuaia antes de correr al hotel a tomarnos una merecida ducha y dormir en una cama sin pensar en caerse de ella. Atrás queda ya el trabajo de campo, el frío, el viento y las nevadas. Y atrás quedan los amigos y colegas científicos, y dotaciones de las bases y el buque... ya hemos dejado atrás la antártida y el maldito pirata.

 BIO Las Palmas navegando por el Canal Beagle, mostrando orgulloso su caperol azul, simbolo de haber cruzado, un año más, el Circulo Polar Antártico

 
El Faro del Fin del Mundo, en el Canal del Beagle, puerta de entrada a Ushuaia, donde se encuentra el punto final a nuestra navegación y a la aventura antártica.

Duro trabajo en Decepción

Isla Decepción, Antártida. 12-Febrero-2011

Nos queda una última parada antes de volver a Decepción: Punta Hanna. Este pequeño saliente de Isla Livingston es muy importante desde el punto de vista turístico, siendo una parada casi obligada para muchos cruceros, por la gran concentración de fauna. Además de una considerable pinguinera de Adelia, en la costa se encuentran numerosos elefantes y lobos marinos, asi como nidos de petreles y de las ubicuas eskúas en las zonas más elevadas. Todo esto en un espacio muy reducido y con un relieve bastante espectacular. Sin embargo, el equipo ya tuvimos la ocasión de estudiar esta zona en la pasada campaña sin encontrar indicios significativos de permafrost. Por ello, mientras que Miguel Angel permaneció en el barco, Antonio aprovechó la ocasión para conocer la zona. Dado que el día no era especialmente beno, el número de animales tampoco era muy elevado y el equipo de focas no pudo hacer gran cosa; ni tampoco vimos a muchos turistas por alli...

Punta Hanna, en Isla Livingston, un lugar de gran afluencia turística.

En unas pocas horas volvimos a Decepción, un día más tarde de lo previsto. Además nos enteramos que saldríamos también dos dias antes; con lo que solo nos quedaba poco más de un día en la isla. A toda prisa subimos a Crater Lake, nuetro lugar de trabajo, para dejar preparados los sondeos que quedaban por sellar y recoger la cadena de termómetros, que como pudimos comprobar volvió a fallar. Como aún nos quedaban por hacer las "marías" (es decir, el mantenimiento de la base, poner y quitar las mesas...) y nos tomaría todo el día siguiente, pedmos al jefe de base autorización para trabajar esa noche. Esto era necesario, ya que las medidas del CALM site se deben tomar de seguido y se tardan unas 5 horas, con lo que en los pequeños descansos de la "maría" no nos iba a ser posible.

Con resignación iniciamos las 121 medidas de nuestra malla, mientras que a nuestro alrededor anochecía, hasta el momento que se hizo necesario utilizar los frontales para hayar los puntos de medida. Anotando unas temperaturas que iban descendiendo lentamente, continuamos tomando medidas hasta recibir una visita del comandante Lupiani y Alfonso (el responsable de náutica), que nos traían bocadillos y chocolate caliente para que repusieramos fuerzas. Casi a las 3 de la madrugada acabamos la larga tarea y volvimos a la base, donde nos esperaba despierto parte del personal.

Antonio trabajando por la noche en la zona de Crater Lake bajo la luz de los frontales. Aunque fue duro, el clima acompañó y no hizo demasiado frío.

Al día siguiente madrugamos más de lo habitual para poder dejar el desayuno listo antes de que el resto del personal se levantara. A las tareas propias de la comida más importante del día, le siguieron hacer los baños, barrer y fregar zonas comunes, y para cuando quisimos darnos cuenta ya era el momento de ayudar a David, el cocinero de la base, a preparar la comida. Por la tarde sacamos un poco de tiempo para subir el sondeo correspondiente a la cadena termométrica que no funcionó y dar por finalizados los trabajos en la zona. El servicio de la cena no fué nada facil, no solo por el número de gente, sino ya que el servicio tampoco era sencillo. Después de que acabaran todos, pudimos probar a la carrera la deliciosa cena que habia preparado David. Después de tanto ajetreo, el jefe de base se despidió de los que nos íbamos el día siguiente, haciéndonos entrega de algunos recuerdos de nuestro paso por la base. Finalmente, la noche se animó con una pequeña fiesta de despedida con karaoke y luces de discoteca.
Científicos y dotación de la base Gabriel de Castilla durante la despedida de la base
 
A la mañana siguiente, ya realmente cansados, acabamos de cerrar las cajas y el equipaje personal para embarcarnos de nuevo en "Las Palmas" que nos devolverá a Ushuaia en un trayecto que esperemos no sea demasiado agitado.

Seguimos explorando las Shetland

Isla Penguin, Antártida. 9-Febrero-2011

La siguiente parada de este ajetreado viaje es una isla muy turística, que como no podía ser de ora manera, habia sido reclamada por los investigadores de turismo. Si bien la isla es muy impresionante y repleta de pingüineras y praderas de líquenes, no presenta mucho interés para estudiar el permafrost. Por un infortunado accidente, los técnicos de Juan Carlos se llevaron las botas que nos habían prestado para estos días (ya que con las arenas movedizas de Byers, y la sucidad de las pinguineras es más recomendable usar botas de agua que las de montaña). Debido a esto solo bajo uno de los miembros de nuestro equipo, Antonio, gracias a la cesión de unas botas por parte del personal de Las Palmas. Sin embargo, tras recorrer la práctica totalidad de la isla no halló ningún indicio de hielo. Por ello, se prestó a ayudar al grupo que estudia focas, y que en esta isla si que encontraron ejemplares suficientes y adecuados para la toma de muestras.

Una de las extensas praderas de musgos que se encuentran en Barrientos, cubiertas por pequeños neveros en algunos puntos. 

Al día siguiente pasamos por Júbany, una base Argentina permanente. Cerca de la base se encuentra península Potter, una zona protegida que resultaba de interés para el equipo de focas. Nosotros, por nuestra parte, nos limitamos a visitar la base. Allí nos encontramos a un viejo conocido del mundo del permafrost, el Doctor Adrian Silva. Esta base es bastante grande y funciona en colaboracion con otros equipos internacionales, que tambien proporcionan laboratorios y equipos. Ahora el personal se estaba preparando para la invernada, recibiendo y almacenando vivieres, y así dejarlo todo listo para los largos meses que les esperan.

El módulo de vida principal de la base argentina permanente de Jubany.

Después de este día de turismo, madrugamos para visitar Pinguin. Se trata de una pequeña isla muy interesante, ya que toda ella es un cono volcánico. Encontramos permafrost a por casi toda la isla e incluso sobre la caldera. Para llegar sorteamos lobos y elefantes marinos que se amontonaban el costa, a los que era casi imposible no aproximarse y llevarse un rujido y una breve persecución.

El cono volcánico de Penguin visto desde la pequeña cala donde desembarcamos. Multitud de lobos marinos se interponen entre nosotros y el interior de la isla.

Byers exprés

Península Byers, isla Livingston. 6-Febrero-2011

Iniciamos hoy una nueva fase de esta campaña antártica, en la que recorreremos diversos emplazamientos de las Shetland del Sur en busca de permafrost. El primer punto a tocar es península Byers de la isla Livingston, un lugar altamente protegido de la Antártida en la que tenemos instalado un CALM, una estación de monitorización TSP y una cámara fotográfica. Este emplazamiento lo instalamos en la campaña 2008-2009, gracias al apoyo del proyecto LIMNOPOLAR.
La verdad es que normalmente esta fase de la cmapaña se realiza en varios días, aprovechando las instalaciones de un campamento temporal instalado por el proyecto LIMNOPOLAR consistente en dos pequeños iglús de fibra de vidrio (habitabilidd y un laboratorio) y durmiendo en tiendas de campaña. La verdad es que es duro, pero es la fase más aventurera de la campaña. Sin embargo, a final de la campaña pasado se desmanteló el campamento dejando únicamente los dos Iglús como refugio antártico internacional gestionado por España. Y Este año, por lo comprimido de la campaña no da tiempo a abrir el campamento para realizar los trabajos en Byers con la calma necesaria. Por el contrario, haremos una incursión express en península Byers para reponer nuestros sensores (deseando que no se haya roto nada, pues no da tiempo a reemplazarlo), medir el espesor de la capa activa y realizar el mantenimiento de la cámara de fotos. Con nosotros bajan dos equipos de investigadores de otros proyectos también interesados en la penñinsula Byers, y un grupo de técnicos de montaña y especialistas de la UTM que van a revisar el ahora Refugio Antártico Internacional. Algunos de los especialistas estaban destinados a darnos apoyo logístico ayudándonos con la toma de datos y el transporte de material en el caso de que fuera necesario cambiar la batería de la cámara.

A las seis de la mañana ya estábamos todos listos en la toldilla del BIO Las Palmas listos para embarcar con todo el material de nuestro trabajo. Originalmente nos acercaríamos a playa en dos embarcaciones (es que este emplazamiento tiene un acceso muy complicado, con arrecifes y bajíos), pero un fallo en el motor de una de las embarcaciones requirió de dos viajes (bastante largos, pues el buque estaba fondeado relativamente lejos). Una vez en playa con todo el material, recorrimos el trecho que hay hasta el lago Limnopolar donde tenemos nuestra estación de medida y, con la ayuda de Hilo y Arkaitz, cambiamos nuestros sensores y tomamos las medidas de la capa activa. También volcamos las fotografías de todo un año, y reenfocamos la cámara. Por suerte todos los mástiles y vientos estaban en perfectas condiciones para aguantar un inviernos antártico más y no fue necesario realizar labores de mantenimiento. Una suerte de verdad, dado que en Decepción se habían roto variso mástiles por el viento, y algunos sondéos estaban congelados. En unas siete horas estábamos en la playa esperando a ser recogidos de nuevo por el buque. Sin duda la Ayuda de estos dos técnicos de montaña fue importante para poder hacer el trabajo tan rápido. Además ellos fueron también los que apoyaron a Miguel Ángel cuando realizó la instalación de esta estación de medida, y quienes ayudaros en las tareas de realizar los dos sondeos, un trabajo que fue duro, pero que está dando sus resultados.

En fín, este año ha sido un trabajo exprés y a la carrera que no nos dejó un minuto ni para tomar fotos del lugar, de los círculos de piedra, de los suelos ordenados, y de los fantásticos paisajes de Byers... pero nos vamos satisfechos de un trabajo bien hecho y sin problemas.

Vista de península Byers desde la playa, frente al Refugio Antártico Internacional, donde se realizó el desembarco e inicio del camino hacio el Lago Limnopolar.

Así que una vez de vuelta al barco, seguimos nuestro estudio por otros emplazamientos de las Shetland: Isla Barrientos, Península Potter, Isla Penguin, y Punta Hanna. Pero eso es otra historia que contaremos los próximos días.

Llegamos a Decepción

Isla Decepción, Antártida. 5-Febrero-2011

Después de una larga travesía llegamos a otro de los puntos fuertes de nuestra campaña: Isla Decepción. Aquí tenemos instaladas varias experiencias que se concentran en la cercanía de la Base Antártica Española Gabriel de Castilla (gestionada por el ejército), hacia el interior de la isla. Isla Decepción llama la atención en el mapa por su forma, similar a un rosco mordido. El origen de esta morfología radica en que se trata de un gran volcán cuya caldera ha colapsado y actualmente forma una bahía. La zona sigue volcánicamente activa. Esto implica que antes de abrir la base cada año, unos sismólogos se encargan de establecer si la situación es segura. Esto no es para nada una medida exagerada ya que por los años 70, cuando aún no había sido construida la base española, una erupción acabó con la base chilena que hay al otro lado del mar interior de la isla. Y lo mismo ocurrió en otra ocasión con la base inglesa, así que la amenaza está ahí y ninguna precaución es poca.

Base Antártica Española Gabriel de Castilla, en Isla Decepción.

Estos días han sido una carrera de duro trabajo, ya que necesitábamos acabar los trabajos a tiempo porque el periodo que nos han asignado a esta base es de apenas seis días, con una corta travesía entre medias. Así que hay que hacer mucho trabajo en muy poco tiempo. Hoy partimos hacia Byers, una fase fundamental en nuestra campaña. Para salir era necesario que acabáramos a tiempo, ya que sino uno de nosotros tendría que permanecer en Decepción. Para colmo de males, disponemos de poco tiempo en Byers, con lo que una sola persona lo tendría difícil.

Y como nada es imposible, con un trabajo intensivo hemos conseguido ir sacando el trabajo adelante. Además, gracias a la ayuda de Iñaki (un técnico de la UTM) y de la persistencia de Miguel Ángel, se han podido salvar dos sondeos que se habían inundado y congelado en años anteriores y que casi dábamos por perdidos. Por lo demás, la cadena termométrica gemela de la que etuvimos intentando poner en marcha en el glaciar (en las proximidades del monte Sofía) ha dado los mismos problemas, con lo que tememos que tampoco quede instalada este año (ya se intentó en la campaña pasada sin éxito). El apoyo de la dotación de la Base Gabriel de Castilla también ha sido fundamental, con su apoyo, prestándonos material y su ayuda a subir material hasta la zona de trabajo.


Iñaki usando una sonda de vapor para liberar el sondeo congelado. Al final consiguió salvar esta perforación, donde podremos seguir tomando medidas en años sucesivos.

Gracias a una idea de Miguel Ángel y a la ayuda de Eva, la cocinera de la base, se pudo salvar otro pequeño sondeo que quedó congelado a lo largo del invierno antártico. Aquí se ve el termo de agua hirviendo y la pica que sirvieron para este propósito.

Así que en estos pocos días hemos conseguido recuperar todos los sensores que el año pasado instaló nuestro colega de la UAH William Cabos, reponer los mástiles de nivómetros que se habían roto, y tensar todos los vientos de los mástiles que han aguantado. Ahora ya sólo nos queda recuperar la cadena termométrica que tenemos instalada en pruebas, y medir el espesor de la capa activa. Esperemos que podamos hacerlo a la vuelta de este corto periodo de navegación que hoy empezamos. En cualquier caso, es un trabajo bien hecho en un tiempo record (como bien refleja el cansancio que estamos acumulando).

Vista del CALM site y las experiencias TSP que tenemos instaladas en Crater Lake, en Isla Decepción. En tiempo record conseguimos dejarlas listas para que tomen datos durante otro año más.

Mañana llegamos a la península Byers, en la isla Livington, un lugar de lo más interesante donde también tenemos mucho trabajo que hacer. Pero esa es otra historia que contaremos en la próxima entrada.

sábado, 5 de febrero de 2011

Nueva isla y nueva base

Base González Videla, Antártida. 31-Enero-2011

El día 29 volvimos a Isla de Avian, para perfeccionar la cartografía que desarrollamos y que el grupo que estudia focas pudiera tomar algunas muestras más. Como necesitaban personal, pudimos ayudarles con un elefante marino (una elefanta para ser exactos).

Continuamos nuestra travesía visitando una última isla: Biscoe Point. Esta isla es de una dimensión similar a Avian, pero con mucha menos presencia animal (exceptuando las ubicuas eskúas). Sin embargo, podimos comprobar algunos rasgos evidentes de glaciarismo, como arranques y estrías, rocas aborregadas o valles glaciares; con lo que procedimos a realizar otra cartografía con nuestros hallazgos.


Panorámica de Biscoe Point, una zona interesante desde el punto de vista de la morfología glaciar; aunque no encontramos permafrost en ella

Con algo de prisa volvimos a tomar el barco para llegar a Bahía Paraiso, uno de los entornos más impresinantes de la Península Antártica. Pero el tiempo no nos acompañó, y tuvimos que contemplar el aún así muy impresionante paisaje entre las nubes y una copiosa nevada. El encanto de esta zona radica en que tiene una ubicación estratégica de forma que el oleaje es muy poco pronunciado y el agua refleja como un espejo, junto con una presencia cuntínua de grandes icebergs en sus aguas. Un día soleado, ofrece una panorámica bastante impresionante. En esta bahía se localiza la base chilena González Videla, un emplazamiento singular al encontrarse literalente dentro de una pingüinera. En ella, además se encuentran algunos pinguinos albinos, todo un atractivo turístico. La base conserva la apariencia tradicional, pintada de negro emulando el color que conferían la brea que se utilizaba primigeneamente. Además, sus ocupantes son conocidos por su hospitalidad (especialmente con los investigadores y los miembros del BIO Las Palmas), lo que la convierte en una parada obligada. Despues de compartir algunos tragos, y unas risas con ellos, recogimos a tres de sus científicos para continuar nuestro viaje.


La base chilena Gonzalez Videla, que se encuentra totalmente rodeada por una gran pingüinera

Esta última parada ha representado el final de nuestra travesía hacia el Sur, de la que nos llevamos muchos buenos momentos (otros no tanto, sobretodo los mareos del barco) y hemos descubierto algunas cosas interesantes para nuestro proyecto. Mañana llegaremos a Isla Decepción para continuar el trabajo.


Cubriendo diferentes objetivos

Base de Rothera, Antártida. 28-Enero-2011



Hoy nos tocó levantarnos de madrugada (en torno a las 4 am), para saber si nos sería posible unirnos a una expedición a la isla Pourquoi Pa, que se realiza en base a un proyecto que estudia el agua de los lagos. Trás el madrugón, nos informan que solo puede viajar uno de nosotros. Miguel Ángel es el afortunado, que viajará en un trayecto de algo más de una hora en una embarcación semirrígida para reconocer el terreno de esta isla, aún desconocida para nuestro proyecto.

Mientras, el BIO Las Palmas viajó a la base inglesa de Rothera, donde desenbarcaró Antonio. Esta base es realmente grande (para ser una base antártica) y su aspecto, a diferencia de otras como la Base Primavera, es más industrial. Un aeropuesrto, muelles para grandes barcos, edificios de varias plantas, hangares, antenas y mástiles por doquier... Sin embargo las instalaciones cientificas son también bastante impresionantes. Durante una visita guiada por parte de algunos cientificos, Antonio pudo comprobar que cuentan con unos laboratorios y equipos muy buenos, dignos de la buena fama con la que cuanta la British Antartic Survey.


Vista de la base de Rothera. A la derecha se encentra la pista de aterrizaje de su aerpuerto

Por otro lado, la isla de Porquoi Pa resultó ser uno de los lugares donde Miguel Angel encontró las mejores muestras de periglaciarismo: círculos de piedra, terrenos poligonales, suelos alineados, lóbulos... Todo un desafío de terreno que podría indicar la presencia de permafrost bajo el mismo. Puede que esta isla sea un buen candidato para nuestras futuras experiencias.


Equipo que realizó la expedición a la isla de "Pourquoi Pa". A la derecha Miguel Ángel.

Buscando permafrost entre la fauna

Isla Avian, Antártida. 27-Enero-2011

Ayer llegamos al punto mas austral en que desembarcaremos en este trayecto: Isla Avian. Se trata de un pequeño islote de apoximadamente 1 Km por 1 km, entre Isla Adelaida y Bahía Margarita. Esta isla tambien esta considerada como un Área de Especial Protección Antártica (Antartic Special Protection Areas, ASPA) por la gran diversidad y cantidad de animales que tienen su área de cría en ella. Destacan los pinguinos Adelia, petreles, eskúas, lobos de mar y elefantes marinos. Las pinguineras y nidos se amontonan en esta pequeña isla hasta dejarla abarrotada de fauna.


Perspectiva de la pequeña isla de Avian, repleta de pingüinos y otras aves, como petreles y eskúas

Nuestro interes reside en que es una isla prácticamente libre de glaciares, lo que la convierte en una buena candidata para estudiar la presencia de permafrost. Tras pasar la tarde de ayer haciendo catas de profundidad en un transecto de que cubre el ancho de la isla, sobre una playa levantada, aprovechamos el día de hoy para recorrer la isla y hacer una pequeña cartografía geomorfólogica. Además de nuestro grupo, bajaron a la isla un grupo de cientificos que se encargan de estudiar focas, junto con un grupo de voluntarios miembros de la dotación del barco, y un inglés (proveniente de la cercana base de Rothera). Este último se unió a nosotros con la intención de evaluar y anotar cambios en el ASPA, de cuya gestion se responsabilizan los ingleses. Como curiosidad, España controla la gestión de el ASPA de Decepción y del de la Península de Byers (Isla Livingston), sitios donde nuestro proyecto cuenta con varias experiencias.

En nuestro reconocimiento general de la isla, pudimos encontrarnos con algunos restos de actividad humana en la isla. Allí se encuentran dos refugios; uno argentino bastante mal conservado y otro chileno que permanecía sellado, suponemos que en buenas condiciones para cuando sea necesario su uso. Además, en el suroeste de la isla, se encuentra un relieve importante plagado de nidos de petreles, incluso encima de pequeños neveros. En lo alto de este cerro se sitúan dos balizas de señalización, suponemos que una de ellas en funcionamiento y otra obsoleta. Por la tarde, comenzó una intensa nevada que cubrió casi por completo el terreno en muy poco tiempo, y que impidió que pudieramos seguir con nuestro reconocimiento, así que nos unimos con el resto de personal en el refugio argentino para tomar algo y esperar a que escampara. Los investigadores de focas tampoco podían realizar su trabajo bajo la nieve, puesto que los lobos y elefantes marinos se marchan al mar cuando el tiempo no les es propicio. Tras el descanso, volvimos al barco para entrar en calor y pasar al ordenador todos los datos recopilados.


Refugio argentino en Isla Avian

Comenzamos la travesía al sur

(66º 01' N; 65º 58' O), Antártida. 25-Enero-2011

Anteayer volvimos a embarcar en el BIO Las Palmas, para comenzar la travesía al Sur. Al llevar dos días de retraso por problemas en el puerto de Punta Arenas, ésta se restringira de los 10 días inicialmente planeados a 8. Los cambios de calendario son algo habitual en una campaña antártica...

Ayer a mediodía alcanzamos nuestro primer destino: Caleta Cierva. Esta zona tiene un interés especial, no solo porque se encuentra en el continente (la mayor parte de nuestra campaña se realiza en islas), sino porque se trata de un área protegida. En el Protocolo de Madrid, se estipuló crear dos tipos de áreas protegidas en la Antártida: las Áreas de Especial Protección Antártica (Antartic Special Protection Areas, ASPA) y las Áreas de Espacial Gestíon Antárticas (Antartic Special Management Areas, ASMA). En la travesía al Sur pararemos por varias de estas áreas; siendo la primera el ASPA de Caleta Cierva. Para acceder, y sobretodo para realizar otras actividades como la toma de muestras o la implantación de experiencias en estas zonas, es necesario solicitar permiso al Comité Polar.

Tras un desembarco algo tortuoso debido a la marea y algún fallo en el motor de la zodiac, llegamos a la Base Primavera (Argentina). Nuestro objetivo, sin embargo, se encuentra en un collado cercano al que ascendimos con cierta prisa, ya que el barco debía marchar cuanto antes. Con el contínuo ataque de las eskúas (un ave bastante territorial que abunda por estas tierras) y encontrarnos con gran cantidad de pingüinos y diversos líquenes por el camino (los que tratamos de evitar en la medida de lo posible), llegamos a nuestro objetivo. Sin apenas tiempo de admirar la magnifica perspectiva que se divisaba bajamos a la base, donde los argentinos nos convidaron a comer con ellos.


Caleta Cierva vista desde nuestra zona de estudio

De vuelta al barco, desde el Puente de Mando, pasamos unas cuantas horas disfrutando del buen día que estaba haciendo (el verano antártico tambien los tiene). Varias horas pasamos admirando icebergs y glaciares, a lo largo del Estrecho de Gerlache. Conforme atardecía y los tonos rojos invadían el cielo, llegamos al Canal de Neumeyer, un estrecho paso entre islas. Las luces bajas delimitan los contornos de las roca y el relive glaciar de una forma espectacular. Con las extermidades comenzando a entumecerse por el frío, volvimos a acostarnos a la medianoche; habiendo aún una gran claridad (y una bonita luna). Hoy nos espera todo un día de navegacion en el sobrepasaremos el Circulo Polar Antártico.


Atardecer en el Estrecho de Berlache, a punto de entrar en el Canal de Neumeyer

sábado, 22 de enero de 2011

Despidiéndonos del glaciar

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida. 21-Enero-2011

   Ya que no hemos conseguido poner en marcha la cadena de termistores en el glaciar sobre el monte Reina Sofía (por problemas de construcción de la misma), hemos decidido desinstalarla para instalarla en la próxima campaña, tras la reparación necesaria. El domingo, si no cambian los planes de nuevo, dejaremos la base Juan Carlos I en Isla Livingston, para comenzar un trayecto de reconocimiento de regiones con posible existencia de permafrost por distintas zonas más al Sur, en la zona de la península Antártica. Por ello, hoy hemos ascendido a Sofía por última vez (en esta campaña), asegurándonos de que todos los dispositivos se encuentren listos para soportar el largo invierno antártico.


Ya nos despedimos de los Freislands, tras subir a admirarlos todos estos días casi a diario.

   En las próximas semanas estaremos a bordo de Las Palmas realizando una breve incursion hacia el sur de la Península Antártica. Llegaremos hasta Caleta Cierva, ya en el continente, para bajar hasta Isla Anvers, el punto más austral que alcanzaremos. Al volver, pasaremos por algunas de islas, donde estudiaremos morfologías y otros indicios de permafrost, que nos permitan acotar y distinguir patrones de distribución. También (tal vez) tendremos oportunidad de visitar otras bases, así como acercarnos (no demasiado, cumpliendo con el Tratado Antártico, por supuesto) a focas, leones marinos, pinguinos y demás fauna indómita. Aunque hemos llegado al ecuador de nuestra campaña... ¡todavía queda mucho que contar!

Instalando sensores submarinos

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida 20-Enero-2011

   Gracias a la colaboración de Juanjo, el mecánico de la base, hemos modificado una de las placas de temperatura superficial (que hemos estado reemplazado en varias de nuestras instalaciones en las semanas previas) para poder fabricar un dispositivo que permita medir temperatura del suelo...bajo el agua. Al igual que en superficie, tambien existe permafrost submarino, por lo que nos hemos planteado si podría darse permafrost submarino en el frente del glaciar Johnsons. Joan, el técnico de medio ambiente, y Julio, el encargado de naútica y seguridad de la base, nos ayudaron a montar toda una instalación que asegure que la placa no se moverá durante el invierno antártico y permita localizarla en la proxima campaña. Gracias a un complejo sistema de cabos, anclas y lastres y una boya, montamos esta nueva experiencia. El proximo año estaremos más cerca de conocer el comportamiento y la extensión del permafrost en los alrededores de la base española en Isla Livingston. Si logramos recuperar el sensor...

Boya donde se emplaza la experiencia que ponemos en marcha este año, dentro de el embarcadero del Johnson.

Ascensión al Charrúa

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida. 19-Enero-2011

   Continuamos la campaña, después de haber dedicado varios días de duro trabajo intentando poner en marcha la cadena termométrica. ahora, habiendo acabado prácticamente la totalidad de nuestras tareas en esta isla, hemos decidido acompañar a los técnicos de montaña y a un científico, Raúl, a subir al monte Charrúa, en las proximidades de la base. Raúl es un ingeniero de telecomunicaciones que desarrolla un sistema de comunicación a larga distancia a través de la ionosfera para la Universidad de La Salle. Necesita tomar ciertas medidas en relieves destacados de la zona para tener datos sobre las variaciones y anomalías que surgen en esta parte de la atmóstera. Una de estas medidas se toman en el Charrúa, un relieve de 333 m, que se sitúa sobre el glaciar Johnsons. Este punto es además uno de los más importantes ya que por su altura y orientación se transmite más fácilmente a España.

Vista de la Cresta del Charrúa desde la playa del embarcadero del Johnsons.

   Para comenzar la ascensión llegamos a la base de esta cresta en zodiac acompañados por Julio (el encargado de naútica) y Juan (el doctor de la base), que esperaron pacientemente durante nuestra incursión. Una vez alcanzada la costa, David (técnico de montaña), Raúl y nosotros, comenzamos la ascensión por algunos neveros y la morrena del glaciar. Algunos metros más arriba, la ascensión se torna más vertical, tanto que prácticamente tuvimos que escalar por las paredes de rocas que se iban desprendiendo a nuestro paso. Tras los últimos esfuerzos conseguimos alcanzar una plataforma, cercana a la cumbre, que es donde Raúl toma las medidas que necesita. La cumbre de esta cresta está formada por por tres picos bastante equiparados en altura, siendo muy característico el central por su forma de diente. Además de comprobar que en la plataforma se encontraban algunas formas periglaciares interesantes, indicios de que pudiera encontrarse permafrost bajo la misma, pudimos tomar fotos de las impresionantes vistas. Desde la plataforma se alcanza a ver Caleta Española y parte de la base Juan Carlos I, así como el glaciar Hurd, el monte Reina Sofía y nuestra base vecina, la base búlgara.

David (izquierda) y Raúl (derecha) ascendiendo a la plataforma del Charrúa. Al fondo se aprecia Caleta Española, donde se encuentra la BAE Juan Carlos I.

   Aunque nos costó lo nuestro subir y bajar por estas peligrosas laderas, la verdad es que la visita mereció la pena. Tal vez en el futuro merezca la pena instalar algunos instrumentos allí, pero, sin duda, volver a subir sería una excursión expectacular.
   Esta visita tuvo otra parte interesante,que fue la de navegar por un mar lleno de brash (pequeños icebergs cubriendo gran parte de la superficie del mar). Enfundados en nuestros trajes de supervivencia (comunmente conocidos como los "teletubbies") y armados de los remos, ayudamos a ir apartando trozos de hielo que puedieran dañar a la barca y su motor. Este duro esfuerzo tuvo su recompensa al final del corto trayecto, ya que aprovechamos que teníamos los trajes puestos para tumbarnos a flotar con ellos en el mar y hacernos algunas fotos con los icebergs más grandes que quedaron varados en la costa.

Miguel Ángel y Antonio arriesgando su integridad física, apartando los pequeños icebergs de la trayectoria de la zodiac.

¡TEMPESTAD!

Isla Livingston, Antártida, 13-Enero-2010

   Hoy no podemos subir al monte Reina Sofía a trabajar. Ayer se levantó el día un poco ventoso y por la tarde fue a más hasta convertirse en una pequeña tempestad de viento. Aquí en la base el viento es molesto, pero salvo los remolinos de polvo y el banboleo de los módulos por las ráfagas de viento, no hay inconvenientes. Sin embargo en el glaciar la cosa puede estar muy seria. Desde la base, que está protegida al Pie del Monte Reina Sofía en la Caleta Española, se ve cómo la ventisca baja por el glaciar Jhonsons y reparte la nieve por la Bahía. Trabajar en el glaciar en estas condiciones es prácticamente imposible.
   El viento es tan fuerte que mete el polvo por todos los rincones de los módulos. En habitabilidad, está todo cubierto por una fina capa de polvo que se engrosa con cada ráfaga de viento. Y es que es tan fuerte, que hasta la obra ha reducido el ritmo de trabajo. Hoy sólo trabajan en el interior de los módulos. Así que tendremos que esperar un poco más para ver crecer la nueva base.
    Los trabajos en la base avanzan a buen ritmo. Ya no queda casi nada de la antigüa, ni siquiera de los laboratorios cientítificos, que se desmantelaron en la campaña pasada. Algunos de los viejos contenedores hoy se encuentran formando una base temporal, con un pequeño módulo de habitabilidad donde se encuentra la mesa de trabajo, la máquina para el café, el proyector para las películas de la noche, el teléfono satélite, y una mesita con sillones para descansar al final del día. Otros contenedores son los talleres y módulo de montaña, y cinco iglús con los dormitorios. El resto de la zona está siendo ocupada por los nuevos módulos y por los módulos de obras, que es donde además se encuentran los dormitorios de los trabajadores de la remodelación, el centro de comunicaciones, la enfermería y el comedor. Los aseos temporales se encuentran un poco más allá, más cerca de la playa.
   La nueva base, descomunal, ocupa todo el espacio visual de la zona. El módulo principal está constituido por tres brazos en forma de "Y", y frente a él el nuevo laboratorio científico. Allá en la playa se encuentra la nueva "catedral del mar", que será el módulo de naútica donde se guardarán todos los materiales de navegación y las embarcaciones. Junto al módulo principal se ubican ya los módulos de motores, talleres, almacenes,...Todos los módulos se encuentran sobreelevados, lo que será de gran ayuda al principio de la campaña, cuando la nieve cubre toda la zona.

Estado de las obras de remodelación de la BAE "Juan Carlos I".

   Pero aún queda mucho para que la base esté operativa. A dia de hoy ya sólo queda cerrar uno de los brazos del módulo principal junto con el núcleo central del mismo. Luego restará la instalación de las canalizaciones y cableados entre los módulos. Y en la próxima campaña reralizar la construcción de todos los interiores, lo que no es poco dado el enorme volumen de los módulos. Así que aunque aún queda mucho trabajo, la nueva base ya va tomando forma. Esperemos que podamos disfrutarla dentro de un par de campañas si tenemos la suerte de seguir viniendo a este rincón del mundo a realizar el trabajo de campo.
   Mientras el viento sopla fuera, nosotros aprovechamos para poner en orden los datos del año 2010 que hemos volcado de los distintos sensores que hemos recuperado de los distintos emplazamientos. Esperemos que esta tempestad pase pronto y podamos seguir trabajando para acabar las pocas tareas que ya nos quedan aquí.

Seguiremos informando...

miércoles, 12 de enero de 2011

UN DÍA DE TRABAJO EN LA BASE.

Isla Livingston, BAE Juan Carlos I, 11 Enero 2011

   Como seguimos teniendo problemas con la cadena de termómetros que habíamos instalado en el Pico Reina Sofía, hemos tenido que pasar la jornada del día de hoy en la base. Mientras que esperamos a que tome algunos datos en el glaciar, nosotros avanzamos algo de trabajo aquí .

   En la base se sigue un estricto horario de comidas, algo incomodo, ya que debe de compatibilizarse con el de los constructores que trabajan en la remodelación. Para el personal de la base, el desayuno se sirve a las 8'15 de la mañana, y contamos con todo un buffé continental. Disponemos desde tostadas y cereales, baicon con huevos revueltos en los días en que la jornada se prevee más agotadora. Cada día le toca a uno de los miembros del personal (dotación y científicos) la "chinita" y tiene que ayudar a poner y recoger la mesa, así como a otros menesteres de la cocina. Este cargo también alberga el privilegio de elegir al final del día la pelicula a visionar antes de irse a la dormir.


"Amanece" en la BAE Juan Carlos I.

   Durante la mañana los técnicos y los investigadores se dividen en sus trabajos coordinados por Miki, el jefe de base en esta segunda fase de la campaña. Hoy, por ejemplo, los técnicos de montaña Iñaki y David han acompañado a Raúl (uno de los científicos) a diversas cumbres cercanas a la base, donde tenía que realizar unas medidas. Mediante walkie-talkies, hay una fluida comunicación para solicitar ayuda desde los distintos puntos de las instalaciones. Sin embargo, la base operativa se ha reducido a unos cuantos contenedores que hacen las veces de talleres y almacenes; un pequeño salón y algunos iglues prefabricados, que sirven de dormitorios. El resto, como los baños o el comedor son compartidas con el personal de las obras.


La parte operativa de la base. De izquierda a derecha: iglues, salón y talleres.

   La comida comienza a las 2 de la tarde, hora local, pero Antonio ha tenido que acudir un poco antes, ya que hoy día le tocaba ayudar. Tras esta pausa, y algún café, el personal vuelve a ponerse en marcha y sigue con su actividad (al igual que los obreros, que llevan ya muy avanzada la construccion de los módulos de la nueva base). En pocas horas, volveremos a comer; ya que la cena se realiza a las 19:30 horas. Cuando no hay trabajo de campo, se tiene la sensacion de no parar de comer. Sin embargo, el trabajo y el frío antártico aumentan el apetito, con lo que no suele apetecer saltarse ninguna de las comidas. Aún así, algunos de los integrantes del personal, aprovechan estas pausas de trabajo para ejercitarse en un pequeño gimnasio improvisado en uno de los nuevos módulos, con una cinta de correr.


El contenedor azul de la derecha corresponde al comedor común, mientras que el resto se encuentran ocupados por la enfermería, la radio y las instalaciones de habitabilidad del personal de la obra.

   Tras la cena, mientras que algunos quedan en el salón común para charlar, cambiar impresiones y ver una película; otros se retiran a sus camas a leer o trabajar con los ordenadores. Los sábados por la noche se reservan para una partida de póker o mus. Como hoy esta haciendo buen tiempo, quizás sea un buen momento para pasear por la bahía y tomar algunas fotografías, ya que aquí no se hace noche cerrada. Sin embargo, ningún día solemos acostarnos tarde, el trabajo del día nos deja muertos de cansancio. Mañana además será un día duro en que tendremos que volver a subir a monte Reina Sofía.

DIA DE "DESCANSO"

Isla Livingston, Antártida, 9-Enero-2011

   Hoy domingo se presenta un día intenso e interesante. Por una lado, parece que la cadena que estábamos probando (destinada a Decepción) empieza a funcionar, y a primera hora de la mañana ya hay datos válidos. Aunque aún nos quedan muchas dudas, empezamos a ver la luz al final del tunel. Esperemos que el resto del día mida correctamente y mañana la cadena que tenemos instalada en el glaciar también funcione.

   Mientras esperamos la confirmación de un correcto funcionamiento, aprovechamos el día de descanso en la base para apuntarnos a una excursión que se organiza en la base para visitar la zona de Sally Rocks, en Bahía Falsa, situada en la parte Sur de la Península Hurd. Mientras parte de la gente irá a recorrer algunos lugares del glaciar con skies, nosotros nos dirijimos a Sally Rock con motos de nieve. Una excursión muy interesante recorriendo el glaciar Hurd, la costa en Sally Rocks, y luego asomándonos a Bahía Falsa y a los impresionantes glaciares que bajan desde la cadena montañosa de las Friesland.


Antonio listo para conducir una moto de nieve sobre el glaciar Hurd de camino a Sally Rocks.

Vistas de Sally Rocks.

Vistas sobre los glaciares que fluyen hacia Bahía Falsa desde las Friesland.

   De regreso a la base, nos espera un suculento asado preparado por los amigos chilenos que trabajan en la remodelación de la base. Una comida suculenta y abundante regada con vino y cerveza para calentar los cuerpos, que hoy el día ha sido especialmente frío. Y después, una muy merecida siesta después de una semana de duro trabajo subiendo y bajando al Monte Reina Sofía, Antonio quedó preso bajo las sábanas, y no pudo asistir al divertido partido de futbol entre el personal de la base (al que se unieron un representante del personal científico, y dos fantásticos fichajes chilenos) y el equipo chileno de la remodelación. El resultado (7-1) no fue lo importante sino la divertida tarde de domingo en esta recóndita isla antártica.

Momento del partido de futbol que completó los "festejos" de este día de descanso.

BUSCANDO NUEVOS EMPLAZAMIENTOS

Isla Livigston, Antártida, 8-Enero-2011

   La mañana de este sábado la hemos pasado intentando descubrir el problema por el que la cadena termométrica que instalamos ayer en el glaciar no funciona correctamente. Mientras esperamos ver los resultados, y para no estar parados, hemos aprovechado la tarde para explorar zonas en las proximidades de la base donde instalar nuevas experiencias. Como el clima ha acompañado y la marea estaba baja, hemos bordeado la costa hasta llegar a la bahía Johnson y el frente del propio glaciar. Durante el recorrido nos hemos encontrando con algún pinguino despistado y una foca Weddel que aprovechaba la quietud de la zona para descansar.


Vista de la costa y glaciares de Bahía Sur desde el frente del Glaciar Johnsons.

   Para volver a la base, hemos dado un pequeño rodeo, subiendo por una caída de agua de deshielo, y pasando por algunos collados, lagos helados y morrenas glaciares. En nuestra pequeña expedición hemos dado con una pequeña explanada bastante accesible, que a priori puede contar con las características ideales para situar un nuevo lugar de estudio, donde trasladar alguna de las experiencias que actualmente no nos aportan demasiada información relevante para el propósito de nuestro proyecto.

Miguel Ángel recorriendo un lugar que parece idóneo para extender nuestros experimentos en esta isla antártica.

   Tras un rápido reconocimiento, mientras las escúas nos gritaban y amenazaban para que nos alejaramos de sus nidos, volvimos a la base donde comprobamos que nuestros intentos por resolver el problema con la cadena podrían haber quedado resueltos. Así que ya sólo nos queda asearnos, cenar y descansar después de un provechoso día.