miércoles, 4 de enero de 2012

Un fantástico Drake

1 de Enero. Año nuevo e inicio de la aventura antártica. Tras pasar la mañana paseando por Ushuaia (ya sabéis, San Martín arriba, San Martín abajo), hoy casi desierta tras la fiesta de Nochevieja, nos dirigimos al puerto para embarcar en el BIO Las Palmas. Ya en el buque nos recibe el Segundo Comandante y empezamos a cruzarnos con nuestros compañeros de travesía y campaña, tanto científicos como dotación de las bases. Es una alegría ver a viejos conocidos de otras campañas y a nuevos aventureros de estas tierras heladas del Sur.
El BIO Las Palmas en el puerto de Ushuaia listo para zarpar rumbo a la Antártida.
    Elegimos litera en los camarotes de científicos, nos hacemos la cama y dejamos el equipaje bien arranchado para que nada salga volando en algunos de los muchos vaivenes que da el barco por las olas mientras cruza el Drake (el único que haremos en esta campaña). Es importante dejar todo lo que necesitaremos para la travesía a mano para no tener que andar moviéndonos por el camarote intentando sacar cosas de las maletas… porque uno puede acabar por los suelos con todas las cosas caídas encima. Como ya hemos contado en otras ocasiones que nos ha tocado cruzar este mar, todos tememos sus olas y tormentas… hacen que los dos-tres días que se tarda en cruzar con el BIO Las Palmas se convierta en un pequeño infierno. Hay quien lo llevan mejor pudiendo leer, ver películas, trabajar e incluso comer con relativa normalidad, pero también los hay que lo sufren hasta el extremo de tener que ser inyectados con medicamento para poder “sobrevivir” esos días… y nadie se salva de pasar de un estado a otro….
   Las horas antes de la partida ya es tema de conversación las charlas sobre Drakes anteriores, lo bueno o lo malo que fueron en otras campañas… todos tenemos alguna aventurilla que contar de estas aguas, cosa que pone nerviosos a los que nunca han cruzado estos mares y que se embarcan por primera vez con nosotros. Estos ratos antes de la partida son un buen momento para reencontrarnos con los viejos amigos de la dotación del buque, y de hechar de menos a los que ya han desembarcado hacia otros destinos. Nuestro buen contramaestre Pepe (con quien tan buenas horas hemos pasado en el barco charlando, aprendiendo a hacer nudos, discutiendo sobre todo tipo de asuntos…), Doña María (y su callado paso por el barco…), “el jefe” y su buen humor… En fin, la dotación va cambiando año a año y siempre acabamos recordando los buenos ratos con ellos. Pero aún nos queda Santi, el más experto y veterano patrón de navegación del buque y quien siempre nos traslada de playa a barco (y viceversa) de forma segura, por muy malas que sean las condiciones (hielo, nieve, viento, olas…).

   Tras hacer los trámites de aduanas, el barco zarpa del puerto de Ushuaia a las 18h rumbo a Isla Livingston, nuestro primer destino en la Antártida. Ahora, nos espera un corto periodo de 6 horas de navegación mientras recorremos el Canal Beagle disfrutando de fiordos, glaciares, bosques, cormoranes, pecios,…
Navegamos por el Canal Beagle antes de adentrarnos en el mar de Hoces.

El Paso del Drake inusualmente tranquilo.
   Así que con tan buena mar pudimos disfrutar entre la niebla, ya en aguas del Océano Polar Antártico, de los glaciares de la Isla Snow y Livingston antes de llegar a Bahía Sur, frente a la Base Antártica Española Juan Carlos I (isla Livingston), el día 3 a las 12 de la noche. Así que aprovechamos la última noche a bordo para descansar antes de empezar nuestra campaña de campo al día siguiente…

El BIO Las Palmas tras llegar a Bahía Sur, el punto de arranque de nuestro trabajo de campo

¡Qué fantástico Drake!

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