miércoles, 11 de enero de 2012

Seguimos con el mantenimiento de estaciones.

   La mañana del 11 de enero amaneció con una estampa muy navideña: todo cubierto por una importante capa de nieve. La nevada continuaba cuando nos levantamos por la mañana, y sin saber cuándo iba a remitir, nos planificamos el trabajo para dejar rematada la experiencia de Incinerador (una de las estaciones más cercanas a la base y que quedaba pendiente).


Perspectiva de caleta Española completamente nevada, con todos los edificios de la BAE Juan Carlos I cubiertos de nieve.

   Para señalizar las placas de medición de temperatura superficial, que quedan cubiertas, solemos clavar una pica o una barra metálica que indica el emplazamiento aproximado y nos ayuda a realizar la sustitución del sensor de manera fácil y rápida. Sin embargo, el año pasado alguien movió la que señalizaba la placa de Incinerador, para utilizarla con otros fines. Con la nieve cubriendo todo el suelo, nos tomo algunos minutos (y varias consultas a las fotos de años anteriores) localizar la pequeña placa de metal tras hurgar largo rato en la nieve y las piedras.

Antonio cambiando el sensor de la placa de temperatura superficial, tras pasar un buen rato buscando entre la nieve para dar con ella.

    Al día siguiente la somera capa de nieve ya había desaparecido, lo que nos permitió realizar un transecto que venimos realizando en los últimos años. Frente a la base, junto al inicio del camino que lleva hasta el Monte Reina Sofía, hay una interesante capa de sedimentos depositados en parte de forma gravitacional, en parte arrastrada por los canales de deshielo que surcan toda la zona. A lo largo de una línea de 100 m, tomamos fotos del terreno, medimos temperatura en superficie y en profundidad y sondeamos la profundidad del hielo cada 10 metros en ese momento. La toma sistemática de estas medidas nos puede dar una idea interesante de la variación, año a año, de la capa activa, y extrapolar los datos obtenidos en la estación de Nuevo Incinerador (que se localiza en uno de los extremos de este transecto) a un sector más amplio.

Tomando las medidas en la línea frente a la base, algo que esperamos hacer cada año.

   Por la tarde, ya que el tiempo era espléndido con un sol que no veíamos en días, aprovechamos para repintar de rojo los nivómetros de las experiencias más accesibles. Los fuertes vientos, la nieve y la humedad son muy efectivos lijando la madera y eliminando la fina capa de pintura de los listones que conforman este instrumento. Aprovechamos para echar una mano a la comunidad y pintar las picas que acaban de instalar para marcar los bords de los nuevos puentes que cubrirán las conducciones de energía y agua de la futura Base Juan Carlos I, una vez finalice su remodelación.


Miguel Ángel pintando el nivómetro de Incinerador de rojo, ya que había perdido prácticamente su color.

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