jueves, 5 de enero de 2012

Nuestros primeros trabajos

   Aunque llegamos la noche del 3 de enero al primer destino de nuestra aventura, la Base Juan Carlos I en Isla Livingston, no desembarcamos hasta la mañana del día siguiente. En la BAE nos esperaba una calurosa bienvenida (pese a la niebla y el mal tiempo matinal) de los ya viejos conocidos habitantes de la base, con alguna que otra nueva incorporación. Tras organizarnos un poco y acostumbrarnos a los molestos mareos de tierra, nos unimos a la comida preparada por Ramón, el cocinero, que ha vuelto después de un año en que fue sustituido por personal de la obra. Sin embargo no hay tiempo para mucho descanso aquí en la Antártida, y nada más comer ya nos ponemos a trabajar...

La BAE Juan Carlos I a nuestra llegada el día 4 de Enero.

   Los más asiduos a este blog recordareis como el año pasado colocamos un sensor para medir la temperatura del fondo del mar en el fondeadero Johnson. Pues animados por el especialista en náutica de la base, Fede, decidimos ir a recuperarlo antes de que el tiempo vaya a peor, como parecen prever los meteorólogos. Si bien habíamos dejado todo muy preparado con una boya, un cabo que lo comunicaba con la orilla y lastrado con anclas y muertos... La boya había desaparecido. Seguimos el cabo de la orilla solo para encontrarnos con un extremo vacío, y se nos ocurrió pescar la cuerda que todavía podía quedar bajo el mar. Tras varias pasadas en barca arriba y abajo por el fondeadero rastreando el fondo con ayuda de un pequeño ancla, conseguimos hacernos con todas las partes que aun reposaban sobre los sedimentos al fondo de la bahía. Y no solo recuperamos los muertos y el ancla, sino también la sonda que se encontraba en perfectas condiciones. Poco después comprobamos que también los datos de su interior estaban intactos. ¡Otra victoria para el permafrost! Ahora solo queda analizar los datos para comprobar si merecerá la pena hacer nuevos experimentos en el futuro relacionados con este suelo congelado, más difícil de monitorizar pero no por ello menos importante.

Miguel Ángel muestra parte del dispositivo con nuestro sensor recuperado del Fondeadero Johnsons.
  
   Hoy, aunque el tiempo no ha acompañado en absoluto, hemos aprovechado para hacer un recorrido por todas nuestras experiencias a lo largo de la península de Hurd. Comenzamos con el camino por Nuevo Incinerador e Incinerador, las más cercanas a la base, para comprobar que pese a que el viento había levantado la pintura de los nivómetros, se encontraban en perfectas condiciones. Tras una larga caminata hasta culminar el Monte Reina Sofía, comprobamos que allí todo parecía estar en orden, aunque curiosamente los vientos y nivómetros estaban cubiertos de carámbanos de hielo y escarcha.

Un año más tarde, de nuevo en la cima del Monte Reina Sofía.


   Una vez descargados los datos de la estación TSP, continuamos nuestro camino a la siguiente estación localizada en el glaciar cercano… o al menos allí estaba el año pasado. Al final encontramos el extremo del panel solar que sobresalía entre la nieve. ¡Otra vez se encontraba todo enterrado por nieve y hielo! Aunque el mástil tiene más de 2 metros, no era tanto la cantidad de nieve que lo sepultada, sino que la estación se encontraba abatida entre el hielo, por lo que “solo” tuvimos que palear casi un metro nieve y picar unos cuarenta centímetros de hielo. Como no teníamos el material necesario para volver a sellar la entrada al sondeo, decidimos no abrirlo hasta más tarde; con la esperanza de que la nieve no volviera a sepultar el agujero recién excavado.

Antonio paleando nieve en el glaciar para recuperar la estación de medida que ha quedado afectada por el invierno.

    Después de este percance, las siguientes estaciones del itinerario: Morrena, Collado Ramos y Juan Carlos, no presentaron ningún problema. Aprovechamos el recorrido para volver a disfrutar de los magníficos paisajes helados de la isla, que hacen que merezca la pena trabajar en estas latitudes.

   Por ahora nos despedimos, esperando que esta noche de Reyes os traigan muchas cosas. De momento nosotros nos comprometemos a seguir trayendo relatos de nuestras experiencias tan periódicamente como podamos.

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