viernes, 18 de febrero de 2011

Llegamos a Decepción

Isla Decepción, Antártida. 5-Febrero-2011

Después de una larga travesía llegamos a otro de los puntos fuertes de nuestra campaña: Isla Decepción. Aquí tenemos instaladas varias experiencias que se concentran en la cercanía de la Base Antártica Española Gabriel de Castilla (gestionada por el ejército), hacia el interior de la isla. Isla Decepción llama la atención en el mapa por su forma, similar a un rosco mordido. El origen de esta morfología radica en que se trata de un gran volcán cuya caldera ha colapsado y actualmente forma una bahía. La zona sigue volcánicamente activa. Esto implica que antes de abrir la base cada año, unos sismólogos se encargan de establecer si la situación es segura. Esto no es para nada una medida exagerada ya que por los años 70, cuando aún no había sido construida la base española, una erupción acabó con la base chilena que hay al otro lado del mar interior de la isla. Y lo mismo ocurrió en otra ocasión con la base inglesa, así que la amenaza está ahí y ninguna precaución es poca.

Base Antártica Española Gabriel de Castilla, en Isla Decepción.

Estos días han sido una carrera de duro trabajo, ya que necesitábamos acabar los trabajos a tiempo porque el periodo que nos han asignado a esta base es de apenas seis días, con una corta travesía entre medias. Así que hay que hacer mucho trabajo en muy poco tiempo. Hoy partimos hacia Byers, una fase fundamental en nuestra campaña. Para salir era necesario que acabáramos a tiempo, ya que sino uno de nosotros tendría que permanecer en Decepción. Para colmo de males, disponemos de poco tiempo en Byers, con lo que una sola persona lo tendría difícil.

Y como nada es imposible, con un trabajo intensivo hemos conseguido ir sacando el trabajo adelante. Además, gracias a la ayuda de Iñaki (un técnico de la UTM) y de la persistencia de Miguel Ángel, se han podido salvar dos sondeos que se habían inundado y congelado en años anteriores y que casi dábamos por perdidos. Por lo demás, la cadena termométrica gemela de la que etuvimos intentando poner en marcha en el glaciar (en las proximidades del monte Sofía) ha dado los mismos problemas, con lo que tememos que tampoco quede instalada este año (ya se intentó en la campaña pasada sin éxito). El apoyo de la dotación de la Base Gabriel de Castilla también ha sido fundamental, con su apoyo, prestándonos material y su ayuda a subir material hasta la zona de trabajo.


Iñaki usando una sonda de vapor para liberar el sondeo congelado. Al final consiguió salvar esta perforación, donde podremos seguir tomando medidas en años sucesivos.

Gracias a una idea de Miguel Ángel y a la ayuda de Eva, la cocinera de la base, se pudo salvar otro pequeño sondeo que quedó congelado a lo largo del invierno antártico. Aquí se ve el termo de agua hirviendo y la pica que sirvieron para este propósito.

Así que en estos pocos días hemos conseguido recuperar todos los sensores que el año pasado instaló nuestro colega de la UAH William Cabos, reponer los mástiles de nivómetros que se habían roto, y tensar todos los vientos de los mástiles que han aguantado. Ahora ya sólo nos queda recuperar la cadena termométrica que tenemos instalada en pruebas, y medir el espesor de la capa activa. Esperemos que podamos hacerlo a la vuelta de este corto periodo de navegación que hoy empezamos. En cualquier caso, es un trabajo bien hecho en un tiempo record (como bien refleja el cansancio que estamos acumulando).

Vista del CALM site y las experiencias TSP que tenemos instaladas en Crater Lake, en Isla Decepción. En tiempo record conseguimos dejarlas listas para que tomen datos durante otro año más.

Mañana llegamos a la península Byers, en la isla Livington, un lugar de lo más interesante donde también tenemos mucho trabajo que hacer. Pero esa es otra historia que contaremos en la próxima entrada.

No hay comentarios: