Al conocer la noticia, nuestros miembros del equipo han manifestado sentir un pequeño vuelco en sus corazocitos. Y es que han sido muchos días de convivencia cerrada y Patrick, nuestro perforador, se había hecho destacar por su buen humor y excelente trabajo. Todos los días, durante las caminatas, él les enseñaba alguna palabra en “Swiss German” y después repasaban las de días anteriores. Al final, David, uno de los miembros del equipo, trataba de inventarse alguna frase ingeniosa con las diez palabras dispares que se había aprendido. Ahora el grupo ha quedado fragmentado y un poquito la moral del mismo.
Eso sí, la mejor despedida posible no podía ser otra que una visita a los mejores rincones de la isla, y el tiempo acompañó a nuestros investigadores particulares. La bahía interior se les presentó como un plato, sin viento, sin lluvia, incluso con Sol, como si el ente que todos los días hace pruebas con su resistencia, ya no tuviese fuerzas para continuar el tormento. Así que Zodiac arriba, Zodiac abajo, nuestros compañeros se recorrieron todos los lugares fascinantes, que cada uno merece una historia, un glaciar negro, otro rojo, fumarolas rodeadas de nieve…¡vamos! ¡Que terminaron con agujetas en las manos de hacer fotos!
Y por la noche, un boliche de despedida al más puro estilo Antártico español. Muchas fotos, muchos honores, muchos regalos y 28 personas bailando el “Saturday Night” en el garaje de la base Gabriel de Castilla, ¡sin comentarios!
¡Hasta otra Patrick, gran trabajo!
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