martes, 7 de febrero de 2012

Bye bye, Byers

Isla Livingston, Antártida, 31 de Enero de 2012

Ya nos marchamos del Refugio Internacional Byers, este campamento que ha sido nuestra casa durante dos semanas. Hemos trabajado duro, en días buenos y malos, solos o con compañía de nuestros amigos del Hespérides; pero ya es hora de marcharnos y continuar con la siguiente fase de nuestra campaña… en el continente.

Atardecer en Byers

Ayer dejamos terminado el trabajo de campo en la zona: tomando las últimas medidas de los MiniCALM, “plantando” sensores para la temperatura del suelo a lo largo de toda la zona, fotografiando el área de estudio y comprobando que todos los sensores estén a punto para pasar otro largo año tomando datos (sino más, ya que no sabemos si se concederán alguno de los proyectos que solicitamos para seguir trabajando aquí). Volvimos al campamento por una ruta ligeramente distinta, y para variar tomamos algunas muestras de roca en el camino para nuestros estudios. Lo que si fue un cambio es que llegamos al refugio justo para la hora de comer (cosa rara, que siempre llegábamos a media tarde) y un pequeño descanso posterior. Más tarde, continuamos con trabajo de gabinete, recogiendo nuestro material científico y portándolo a la playa para el inminente embarco, que suponemos será antes del día 2 de febrero, en que está originalmente previsto. Como la experiencia es un grado, durante la noche nos comunican que vendrán a recogernos no solo un día antes, sino quizás de madrugada. Tras barajar varias opciones, los diferentes responsables tomaron la decisión de que finalmente abandonaremos el campamento el día 1 de febrero aprovechando la marea alta de mediodía.

Interior del módulo de vida del refugio, después de una limpieza general, y listos para comer.

Por lo tanto, hoy ha sido un día de recogerlo todo y de limpieza general. Además, el campamento debe quedar a punto para cuando vuelva Hilo a abrir dentro de unos días. Con sentimientos encontrados como suele pasar en estos viajes, nos preparamos para dejar todo esto y partir a Caleta Cierva, donde se encuentra la Base Antártica Argentina “Primavera”. Os seguiremos informando puntualmente, como hasta ahora, aunque puede que dentro de algunos días, ya que no llegaremos a la BAE Gabriel de Castilla hasta el 5 de febrero, previsiblemente.

Vista nostálgica desde una de las ventanas del refugio

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